Capítulo 9

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Jennie no sabía en qué momento había hecho tantas cosas buenas para merecer a una omega como Jisoo. El simple hecho de tener el placer de conocerla, la convertía en la persona más afortunada del mundo.

Sentir el cuerpo delgado y ligeramente pequeño de la omega entre sus brazos, la ponía feliz. No podía sacar esa felicidad de su pecho en una eternidad.

—Mi omega.

El susurro hizo temblar a la omega de pies a cabeza. Creyó que terminaría en el suelo, pero Jennie, la sostuvo aún más contra ella. Estaban completamente pegadas.

La puerta se abrió, y Rosé buscó a la pareja por todo el lugar. Notó que la salida al balcón estaba habilitada, y con pasos poco discretos, fue hasta el lugar. Se encontró a Jennie y a Jisoo en un abrazo íntimo. Se sentía fuera de lugar, pero estaba feliz, y debía hablar mucho tiempo con su amiga omega.

—Así las quería pillar.

La primera en reaccionar fue Jisoo, que mostró su rostro sonrojado a la chica. Jennie estaba tan perdida por la omega, que ni siquiera le interesó que Rosé estuviera viéndolas, o molestando a Jisoo. Sólo le interesaba su omega. No existía nada más para Jennie.

—Ya suelta a la pobre chica. Vas a matarla.

En el momento que Rosé iba a acercarse a separar a la pareja, un gruñido profundo salió desde el pecho de la alfa, dejando a la beta paralizada, y a Jisoo sumisa en su lugar. La omega se aferró a Jennie buscando darle tranquilidad. Ella no iba a ir a ningún lugar. No podría alejarse aunque quisiera.

—¿Me gruñiste?

—Yo... No te acerques.

—Es mi amiga, egoísta. Tu mamá no te crio así. Debería darte vergüenza. Fuera de aquí. Tenemos que hablar cosas de amigas, y tú no estás incluida.

Jennie frunció el ceño, y buscó la mirada de Jisoo. La omega había quedado tan sorprendida por el gruñido, que sus mejillas habían tomado un demasiado rojo.

—¿Estás bien?

—S-sí. Me sorprendió... No lo esperaba.

—Lo siento. Yo... Ella... Ella quiere quedarse contigo. La conozco. Después...

—No lo sientas. No me asustas. ¿Bueno?

Jennie asintió rápidamente, y aflojó su agarre en la cintura de Jisoo. Cuando estuvieron completamente lejos, le mostró una sonrisa tímida, para luego, tomar su taza de café, y salir de la habitación.

Rosé movía sus cejas de manera sugerente. Las había encontrado en un acto tierno, pero íntimo, y estaba con ganas de molestar un poco.

—Así que avanzamos rápido. Ayer no podías verla, y ahora un abrazo. Me alegra que al menos puedan hacer eso.

—Dios, que vergüenza. Todo esto. ¿Cómo acepté dormir en esa cama?

—¿Se sintió bien?

La sonrisa de Jisoo, era respuesta suficiente. Había tenido la mejor noche de su vida al lado de Jennie. Definitivamente, había sido la mejor noche de su vida.

—Te dije que con Jennie, siempre dormías bien. Es como un osito de peluche. Cuando duermo con ella, no puedo evitar abrazarla. Es algo que sale inconsciente.

—También me pasó. Recuerdo sólo estar tocando su mano, y amanecí...

—¿Inválida?

—Cómoda. Junto a ella. ¿Por qué inválida? Puedo caminar perfectamente. No tengo lesiones lumbares, ni en mis extremidades —Rosé soltó una carcajada, mientras negaba para sí misma. Había ocasiones donde Jisoo realmente no entendía a lo que se refería— Es un tema serio. No sé por qué te ríes.

INFILTRADA - JENSOO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora