La Vie en Rose

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Luffy escuchó el tarareo ronco provenir de la cocina, cosa que le causó curiosidad y le hizo acercarse. Un espléndido aroma a carne con especias inundó sus fosas nasales, lo que le hizo agua la boca, embraveciendo su apetito.

Luffy quiso avisar de su aparición en aquella habitación, pero se vio interrumpido por el canto ronco del rubio. El capitán suavizó su mirada y sonrió ampliamente.

Des yeux qui font baisser les miens, un rire qui se perd sur sa bouche, voilà le portrait sans retouche, de l'homme auquel j'appartiens ―canturreó Sanji, con una cálida y preciosa sonrisa en sus labios mientras preparaba un acompañamiento para su cena con Luffy.

Los ojos del moreno brillaron con resplandor al ver a su amado cantar mientras cocinaba, por lo que decidió sentarse en la isleta y observar en silencio.

Quand il me prend dans ses bras, qu'il me parle tout bas, je vois la vie en rose. ―Al tiempo que cantaba y cocinaba, Sanji movía su cuerpo al compás de su canto lleno de amor―. Il me dit des mots d'amour, des mots de tous les jours, et ça me fait quelque chose.

Completamente en su mundo, Sanji siguió cantando y tarareando aquella canción que tanto le hacía identificar su amor por Luffy, del cual aún no se había percatado de su presencia ni de que lo miraba con ese hermoso brillo en sus ojos. Así estuvo por los siguientes segundos, siendo observado por Luffy, que tenía esa gran sonrisa en su rostro, que solo Sanji provocaba.

C'est lui pour moi, moi pour lui, dans la vie, il me l'a dit, l'a juré, pour la vie-. ―El canto de Sanji se vio abruptamente interrumpido cuando en una ligera voltereta, el rubio finalmente se percató de los grandes ojos marrones observándole, intensamente.

El rostro blanco se enrojeció hasta tomar el color de un tomate.

―¡Luffy! ―exclamó Sanji con total vergüenza al tiempo que dejaba la charola con pan sobre la encimera.

―Que lindo cantas, mi amor ―mencionó Luffy mientras se levantaba de su silla y rodeaba la isleta para acercarse a un cohibido Sanji.

―Debiste avisarme que estabas aquí ―dijo el rubio en un mohín.

―Estabas cantando, corazón ―contestó Luffy, enternecedor, al igual que llevaba sus dedos a las mejillas de su pareja, para acariciarlas gentilmente.

―Aún así-.

Sanji no pudo continuar debido a que unos cálidos y gruesos labios se posaron sobre los suyos, haciéndolo relajar al instante.

―Te amo, Sanji ―confesó Luffy suavemente contra los labios mientras alejaba su rostro.

―También te amo, Luffy ―contestó Sanji mientras se dejaba caer sobre este para ser abrazado y mimado por su pareja.

―Que lindo canta mi amor, que lindo es ―comentó Luffy con voz sosa al tiempo que comenzaba a dejar besos sobre la cabellera dorada medianamente crecida―. Que lindo mi Sanji, tan bello mi marido.

Besos y más besos hicieron reír al mencionado al sentirse chiveado.

―Amo que me mimes ―confesó Sanji con una sonrisa, después rodeó la cintura ancha de su marido con ambos brazos, acercándose más a él.

―Amo mimarte ―contestó Luffy al momento que tomaba el rostro entre sus manos y plantaba un beso en los labios delgados―. Pero también amo cuando me mimas, ¿sabes? ―Sonrió con diversión.

―¿Ahora quieres acaparar la atención, capitán? ―cuestionó Sanji con sonrisa ladina.

―Me lo merezco― respondió Luffy, propio.

―Claro, claro ―canturreó Sanji en respuesta, ocasionado la inversión de papeles: donde Luffy se escondía entre los brazos del más alto, que lo mimaba ahora y dejaba pequeños besos sobre la cabellera rebelde.

La Vie en Rose | LuSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora