(1)Shen Jiu

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Shen QingQiu... Shen Jiu, son nombres no muy queridos por aquel cultivador inmortal.
Uno tenía el mismo carácter de la persona que le arruinó la vida, el otro le recordaba con solo pronunciarlo, su vida como esclavo.
Shen Qingqiu estaba harto, harto de las disculpas sin explicación de el líder de secta, Yue QingYuan. Disculpándose sin darle respuestas, ¿quien se creía que era? ¿Acaso no lo educaron de niño?
Oh cierto, también era un esclavo esperando no ser comprado, pero eso no significaba que podía hacer lo que quisiera.

Aun recordaba la humillación de aquel día que se hizo discípulo de su actual pico, el desgraciado era un discípulo principal, disfrutando de maravillas, mientras él, era un muerto en vida, maltratado y siendo forzado a casarse, que injusta era la vida.

Su Shidi, Liu QingGe
Por Dianxia el era tan desesperante, siempre exclamando qué era el mejor, y esparciendo rumores de el sin darse cuenta, que según iba a un burdel a aprovecharse de las señoritas de este mismo, por Dianxia, el Nunca le pondría una mano encima a alguna mujer, nunca. Ese tarado solo sabe esparcir sin saber realmente como lo hace...
Me dará una desviación de Qi si sigo con esto...

No quiero regresar, no puedo regresar, no después de haber perdido mi dignidad así, ese maldito tarado me vio derramando lágrimas... Todo por una tontería.

...

Esa mañana había olvidado mi diario, un pequeño libro con un talismán de candado, un libro que Qiu HaiTang, de las mejores y preciadas personas que he conocido, me regalo cuando nos comprometimos. Recuerdo haberlo guardado, cuidado con el alma para evitar que Qiu JianLuo le echara una simple vista, en aquellos años, HaiTang y unas sirvientas lo ayudaron a leer y escribir, con el, relataba los maltratos, al poco tiempo aprendí por mi mismo a hacer sellos, el diario, lo había cuidado por tanto tiempo, ese diario que había dejado caer en la conferencia esa mañana... No estaba por ningún lugar, la desesperación de que alguien lo encontrara y quitara el sello, e Inspeccionara el contenido... Era de verdad, muy estresante.
La ansiedad me ganó y lágrimas ligeras, llenas de desesperación, cayeron por mi rostro, no tuve tiempo de limpiarme el rostro cuando unos pasos tras de mi avanzaron en mi dirección, preparado para defenderme, desenvaine a XiuYa,
Pero lo que había no era ningún enemigo, no al menos uno peligroso, era el tonto de Liu QingGe.

—Shen QingQiu? Esto es tuyo...?
Preguntó dudoso

Sin decirle nada fui y lo tomé, para mi desgracia, el era más alto, por lo que sus brazos eran más largos, alzó el libro en donde yo no lo alcanzaba, hasta que dijera el nombre que mencionaba el dueño del libro.

—No lo siento Shixiong, ¡No puedo dártelo si no me dices el nombre del dueño!

—Maldito seas Liu QingGe!

—¡Solo di el maldito nombre y te lo regreso!

Mi vergüenza por aquel horrible nombre cayó como balde de agua sobre mi.

—Shen... Shen Jiu... ¡Ahora dame mi libro!

El tonto, sin ninguna excusa me lo dio.

—Así que tu nombre es Jiu, eh? Como nueve?

—¡Cállate!

—BienBien, ¡pero no llores eres hombre!. -gritó un preocupado Liu QingGe.-

Aunuque me indignó esa respuesta, toqué mi mejilla, afirmativo, estaba llorando a mares.

—Agh... Yo... ¡Solo cállate!

Sin más que hacer o decir, me fui.

...

Por Dianxia, llevaba todo un día caminando, los pies ya no daban para más, pero su esfuerzo, le dice que siga adelante, así que lo hace.

Al llegar a una pequeña aldea, compré algo de comer, una simple canasta dumplings funcionará, después de todo, no necesitaba comer, no cuando estaba de esa manera, después de todo aún no era inmortal, aun necesitaba comida, descanso y agua.

Comprando de paso dos jarraz de agua, continué con mi viaje sin dirección, simplemente viajando y vagando por el mundo sin saber nada de nadie, nada de Yue QingYuan, nada de Liu QingGe, nada de Qi QingQi esparciendo malos rumores solo por que si, ningún problema...

Estaba tranquilo, caminando, por donde ya no había pueblos, era un tranquilo bosque, sin monstruos, muy tranquilo.
Demasiado para ser seguro.

Ese bosque era eterno, llevaba días caminando desde que salió de su pico, y nunca se le ocurrió ver un bosque tan malditamente grande.

Caminando y caminando, las nubes se empezaron a oscurecer y juntarse, lo que decía que se aproxima una fuerte lluvia, por lo que rápidamente me apresure a buscar una cueva o algo con techo, mi salud no era buena.

Una cueva se asomó a lo lejos, corrí lo más que pude, pero mis piernas cedieron a mitad del camino, estaba débil... Parece, ¿un tipo de fiebre?
Se suponía que era casi un inmortal, no debía enfermarse tan fácilmente... Aunque llevaba días sin comer ni beber agua, sin descanso y lleno de estrés, suponiendo que todo eso se suma, se sorprende al darse cuenta que la fiebre había tardado en llegar.

Al levantarme del suelo, miré a una criatura humanoide si se podría decir, no era humano pero tampoco monstruo.

Decidí ignorarlo, más vale prevenir.

Mala decisión.

Al llegar a una parte profunda de la cueva, me di cuenta de cierta flor con semillas que crecía en medio de un lago estancado, podía sentir la energía que liberaba el agua, era tan pura...
No merecía estar en ese lugar, pero la curiosidad mató al gato y me dirigí hasta la flor.

Viéndola con detalle, esa flor apareció en un libro único, que solo había tenido oportunidad de leer una vez por su rareza, el líder de secta lo mantenía guardado.
Esas semillas, si no se equivoca, son especiales, ya que miembros de sectas antiguas lo han usado para crear cuerpos humanos y vivir con ellos, la flor que creía extinta hace decenas de años.
Pero ahora, tenía ante el, aquella brillante flor, y sin dudarlo salté a aquel lugar para evitar ensuciarme más de lo que ya estaba, que humillante por dios.

—...

La cosa humanoide no deja de verme, me siento acosado...

Pero parece que entiende, creo.

—Tu, cosa rara, vives aquí?

Obviamente no me respondió, pero al menos hubo reacción de su parte.

—¿Estas lastimado?..
Pregunté al ver que evitaba mostrar cierta parte de su raro cuerpo.

—...

— Cierto, no hablas.

La criatura retrocedía al verme avanzar a el.

Pero olvidó que soy un maestro.

Y yo olvidé que es un mini monstruo imposible de atrapar.

—Vamos ven, no te haré daño ni te comeré.
Exclamó, intentando convencer a la criatura.

—...

La criatura avanzó hasta llegar a sus brazos y quedarse quieto una vez estando en el lugar.

—Eso es, eres más inteligente que ese mono sin cerebro...

La criatura solo se le quedó viendo.

Oh dios, tal vez si se estaba volviendo loco.

Al mirar a la criatura se dio cuenta de una pequeña herida, un raspón simple, pero por su cuerpo, doloroso.

Con el poco Qi que le quedaba y conocimientos médicos, comenzó a curar a la criatura.

Todo listo, semillas, criatura lista, y el listo.

Hasta que la fiebre atacó de nuevo.

Oh no, quien acababa de entrar? No lo sabe, pues cayó desmayado por la alta fiebre.

No quiere dormir, no ahora...

...

📚🌱

Editandoo

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