El rancho de Roberto estaba marchitado. Las hojas estaban naranjas, ya no tenían aquel tono verde y llamativo que tenían en la primavera o verano.
Era invierno, la lluvia caía y chapoteaba con el techo de chapa del rancho. Las gotitas caían y rebotaban ligeramente en el suelo de tierra.
Roberto era demasiado observador, le gustaba escribir o dibujar lo que veía. Era como ver el mundo de diferente manera.
Solo animales visitaban su rancho...Quizás el de rizos era demasiado extraño.
Pero, si el se mantenía bien, ¿Por qué los alejaba? Quizás las cercas no estaban bien pintadas o el interior se veía demasiado apagado... Rober siempre desconoció la razón del simple hecho de por qué nadie quería entrar a aquel campo ni tener una charla de almenos un minuto con él.
Su familia casi ni lo visitaba, tampoco. De a poco se volvía “loco”. Si salía, era solo para comprar, pero incluso cuando veía su rancho, le daban ganas de alejarse.
“Muchos dicen que me vaya, que me mudé a otro lado...”
Escribía Roberto en un pequeño diario, el cuál luego lo dejo de lado. Alzó su vista cuando vio una figura ancha, de cabello un tanto largo, anteojos, contemplando su rancho.
—Me llama la atención...Nunca ví un...Lugar así.
Murmuró la figura ancha, para que luego lanzará una carta que voló hasta la ventana pequeña del de rizos.
La carta se mojaba ligeramente por la lluvia, y el señor de anteojos se retiro. Roberto abrió la ventana con emoción y tomó la carta, leyendola.
“Me presento. Soy Santiago Tavella Nazzari. Su rancho me llamo la atención, y la verdad, me pareció curioso. Algún día podría pasar y verlo, ¿No cree?”
Abajo de la cartita decía una dirección, quizás era para mandar la respuesta y mandarla a su hogar o a un cartero.
A Roberto apenas terminó de leer todo, sus pupilas se dilataron. Nadie en toda su ingrata vida había entrado a su rancho ni escribido. Roberto se puso de pie y dió saltitos de emoción.
Minutos más tarde.
Ahora escribía la carta para el supuesto Santiago.
“Y yo soy Roberto, no te voy a dar mi apellido por ahora. Pero si querés, nos podemos encontrar algún día o tarde. Yo te espero. Cualquier día está bien.”
El de rizos dobló la carta y la firmo, le puso la postal, y se puso un abrigo.
Salió de la casa y camino hasta el postero —o algo así se llamaba para Roberto—, y dejo la carta, para luego correr hacía el ranchito y ocultarse bajo la lluvia.
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Se sentía emocionado.
Jamás nadie había preguntado por...
Pasar a su rancho.
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¡! Todos pasan por mi rancho. 🥀- TaveMusso.
FanfictionHistoria de un romance con los integrantes de El Cuarteto de Nos; banda uruguaya. || • TaveMusso ¡! ___________________________________🌱 . 🌤️ "Roberto tiene un rancho, pero nadie pasa o pasa a visitarlo. ¿Por qué será? La razón se desconoce, pero...