Cena de un Martes

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El castaño recién había llegado del trabajo, el azabache bajó algo adormilado, Jonathan lo miró y le sonrió, el varón alado sonrió y saludó aún sin estar totalmente conectado con su entorno,lucía cansado.

Alex se dirigía a la sala para poder trabajar en unos informes sobre un caso, también había llegado a su hogar hace no mucho, pero a diferencia del castaño todavía tenía cosas que hacer.

El de ojos castaña toma una laptop que dejó cargando desde la mañana, la enciende y empieza a teclear información. Jschlatt vió la escena y se levantó de su silla para hacerle una bebida a su esposo.

Alexis estaba concentrado, parecía un robot escribiendo casi automatizadamente, sin embargo al ver una cosa blanca al lado suyo, el ave volteo. Para su sorpresa había una taza frente a él y junto a esta estaba su marido.

-Te veías adormilado, y puede que sea un día pesado, por lo que decidí servirte una taza de café, le puse azúcar, se que lo demás puede resultarte desagradable en ciertos momentos- El azabache sonríe y toma un trago de la bebida

El pelichino subió a la habitación compartida, se puso una ropa más tranquila, ropa que él llamaba "para cocinar". ya que esta se la ponía antes de bañarse, así no manchaba su traje y no se ponía la pijama tan temprano.

Una vez Jschlatt estaba listo, volvió a bajar y se dirigió a la cocina. El castaño miró el refrigerador y tomó algunos ingredientes, entre ellos un poco de pasta. El castaño prepararía la cena para los dos, pasta puré de papas y albondigas, uno de los favoritos del hogar.

El azabache podía oler el delicioso aroma desde la sala, su hogar se sentía como un hogar. Quackity sonríe y busca acabar su trabajo un poco más rápido. Quería ayudar a su marido con la comida, además de que no quería dejarlo con aquella responsabilidad totalmente, después de todo él también había llegado de un turno largo.

El oji café miró su laptop,contemplaba si su reporte podía esperar un par de horas, después de todo solo debía narrar lo que pasó en un juicio reciente. Quackity tenía la memoria fresca, tenía un par de grabaciones y conocía a varios de los presentes, por lo que no sería difícil recuperar la información. Además, lo que se dijo en el juicio se podía recuperar, pero la oportunidad de poder cenar junto a su esposo, aún siendo diaria, era más complicada de recrear.

Alexis se levantó del sofá y se dirigió al lavabo de la cocina, allí se limpió las manos y tomó un par de papas sobre la mesa. Jschlatt volteó al ver la silueta de su marido cerca, luego le sonrió -Decidiste ayudar con la comida Nevadas, un milagro para un martes- El híbrido de alas chistea los dientes -Siempre te ayudo, incluso soy yo el que hace más cosas, así que el milagro es que me ayudes a - Dice el menor con un tono de enojo y broma, ell mayor de los dos rió -Ay alexis...- dice el de cuernos mientras menea la sopa en una olla.

El de alas dibuja una mueca algo victoriosa en su cara, su marido lo ve y le da un rápido beso en la mejilla, el ave se sonroja y el otro ríe -No veo que te quejes de que tu nunca me robas besos- dice el de ojos verdes -Pues yo trato de mostrar afecto en público- explicó el azabache mientras machacaba las papas para el puré. El castaño tomó una porción de pasta y la sirvió en un plato, Quackity se sintió algo ignorado -Ya incluso nos casamos y sigues teniendo miedo de ser juzgado ¿No es así?- El carnero mira a su esposo -No lo sé, aún siento que esto es un sueño, siento que en algún momento tendremos que despertar, y no quiero desacostumbrarme a tener tu tacto tan cerca- el ave suspira -Ya han pasado años Jonathan, creó que ya puedes bajar la guardia- El carnero coloca una salsa que preparó para la pasta sobre esta misma, ahora él suspira.

Era cierto que esos últimos 5 años habían sido los mejores de su vida, era cierto que no se había sentido tan pleno, pero también era cierto que a veces olvidaba fechas, y cuando las apuntaba juraba que se reescribían solas. Jschlatt prefería que fuera algo psicológico, incluso algo de salud física antes de que fueran signos de que iba despertar.

Lágrimas de estrellas, Corazón de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora