Era un gran día, el sol brillaba y las aves cantaban, o bueno, así lo veía Blitzø. El caminaba hacia su oficina de buen humor, estaba muy contento así que cuando llegó todos le preguntaban el porque.
-Buenos días, Moxxie, buenos días Millie ¿Cómo están?- Blitzø jamás les preguntaba cómo estaban, era algo extraño.
-señor, ¿Le pasa algo?- pregunto Moxxie.
-claro que no ¿Por qué la pregunta?
-usted se ve más alegre de lo habitual- dijo Moxxie un poco extrañado.
-es verdad, ¿Se puede saber por que? - interrumpio Millie quien entraba en la conversación.
-¿me están interrogando?
-solo queremos saber por qué está así, Millie y yo- Blitzø lo interrumpio.
-ya, mejor trabajemos, ya no estoy de buen humor por tu culpa.
-pero Blitzø-
-A TRABAJAR
Blitzø paso un largo día asesinando gente, torturando y además paseo un poco por el mundo humano viendo cosas increíbles como paisajes, pinturas, cuchillos muy afilados y decorativos, una arma de fuego dorada y también ropa elegante, lo que lo hizo recordar a Stolas.
-señor ¿Pasa algo?
-no, ¿Por qué?
-es que se quedó viendo este maniquí, de hecho, es muy alto ¿No lo cree?
-si, ¿Tu crees que le quede a Stolas?
-¡¿que?!- Moxxie se impacto mucho con esa pregunta.
-ah, ¿que?
-¿por que usted me pregunta eso? ¿Está saliendo con el principe?
-no, no, solo es una pregunta.
-¿por eso estaba feliz hoy?
-CALLATE!!
-yo creo que sí le quedaría.
-bueno, bueno, ve a trabajar- contesto Blitzø un poco nervioso y alterado.
- suerte con su novio.
-que te cojan.
Blitzø solo veía el maniquí, y duro así hasta que por fin lo tomo, de hecho se lo robó, tuvo que matar a muchos humanos sin razón laboral, pero igual se lo llevó.
El llegó a su hogar, se tiró en su cama para dormir un poco, pero se acordó de Stolas, no podía dormir sabiendo que no le hablo en todo el día, ni siquiera lo vio, el no podía vivir con eso así que agarro la ropa que se robó y la metió en una bolsa, después de tan solo unos minutos se fue al palacio para ver a su pareja.
Cuando llegó fue recibido por un mayordomo quien lo dejo pasar a las sala.
-llamare al principe Stolas- dijo el mayordomo con mucho respeto.
Pasaron 10 largos minutos hasta que por fin pudo ver a el principe.
-hola Stolas, te extrañe mucho.
-hola Blitzy, yo también te extrañe mucho, ya quería verte.
-mira, te traje este regalo- Blitzø le mostró la pequeña bolsa de regalos.
-oh, gracias querido, ¿Que es?
-no estoy seguro de que te quede, pero lo ví en el mundo humano y pensé en ti, se ve elegante, se que usas muchas cosas por el estilo así que, ábrelo- dijo Blitzø con una sonrisa tímida.
-bien, tranquilo, veamoslo- Stolas se impresionó mucho ya que el atuendo era hermoso, pero creía que no le iba a quedar.
-¿te gusta?
-es hermoso, pero no sé si me quedé.
-pruébalo, tal vez si te quede
-muy bien, dame 5 minutos.
Stolas se fue a cambiar, el sentia que iba a decepcionar a Blitzø porque no le iba a quedar, pero impresionantemente si le quedó. Stolas estaba orgulloso, eso le quedaba muy bien, pero lo mejor era que se lo había regalado el demonio más especial de su vida.
-¿ya estás listo?- pregunto Blitzø.
-si, ya voy a salir.
Stolas salió de la habitación deslumbrando a Blitzø por completo, además estaba orgulloso de que el fuera la pareja del principe. Cuando el vio como le quedaba el traje, se le iluminaron los ojos.
-¡Stolas!
-¿Si? Blitzy.
-te-te vez muy bien.
-jeje, gracias querido, tu me lo diste.
-¿Te puedo preguntar algo raro?
-claro que si.
-¿te puedo dar un abrazo?
Stolas se sorprendió un poco ya que Blitzø jamás le había preguntado algo así, pero de todas formas se acercó y le dió un abrazo a Blitzø sin que este se lo esperara.
Duraron abrazados un rato hasta que Blitzø solo dijo una palabra.
Te amo
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Palabras : 722
¿Cómo les va? Tanto tiempo, (para los que me conocen y leyeron mi historia anterior) decidí eliminar la antigua continuación ya que me di cuenta de que la continuación era un poco absurda, asi que aproveche para comenzarla de nuevo.
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