Niños de alquiler

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Kokushibo tomó el picaporte dorado y abrió la enorme puerta de madera oscura, revelando una habitación gran habitación de paredes rojas y muy bien amueblada.

Dio un vistazo por todo el lugar; es un espacio un tanto pequeño para sus refinados gustos, con paredes pintadas de un rojo oscuro, el suelo de alfombra rojiza, luces neón rosadas y cortinas a juego; con un minibar, un armario y un enorme cofre sobre una pequeña mesa de madera.

En el medio de la habitación hay una enorme cama de dos plazas, con sábanas blancas y almohadas rosáceas; sobre ésta, dos niños pequeños gemelos.

Kokushibo los miró a ambos; uno de ellos, el más grande parecía nervioso y asustado; el otro, se veía bastante cómodo en su lugar. Ambos están vestidos con lencería de encaje celeste y azul marino; cuyo punto fuerte recae en sus largas pantimedias y en esas delgadas tangas que apenas cubren su cuerpo.

Ambos tienen la piel blanca, el cabello negro largo y los ojos de un azul verdoso; son delgados, pero no desnutridos; de labios gruesos y apetecibles. Tal y como a él le encantan.

Kokushibo notó una hoja de papel sobre la cama. Lo tomó y leyó su contenido; donde se expresaban los detalles del exclusivo servicio que alquiló.

"Cliente: Kokushibo Tsugikuni.

Niño 1: Yuichiro Tokito
Edad: 12 años

Niño 2: Muichiro Tokito
Edad: 12 años

Servicio: completo"

Los niños se acercaron lentamente a al mayor, caminando en cuatro patas como un par de gatitos en celo; contorneando sus caderas en suaves y encantadores movimientos felinos.

Bajó el cierre de su pantalón y liberó su enorme erección, ante las miradas de asombro de ambos infantes. Su duro miembro de 27 centímetros, grueso y lleno de venas, parece una maravilla a los ojos de los niños.

Acarició la abultada mejilla del niño más tierno, por decirlo así, haciéndolo sonreír con ternura ante el contacto. Acercó su polla a la cara del menor, quien no dudó en meterla en su boca. Sus labios acariciaron el largo de su miembro conforme iba entrando en su cavidad vocal, moviendo su húmeda lengua para aumentar el placer en el mayor. Kokushibo no necesitó moverse, el maldito niño es un experto.

Yuichiro levantó la cabeza e hizo contacto visual con el mayor, mirándolo con esos incómodos y algo desconfiados ojos azul verdoso cubiertos de largas pestañas, complacido, Kokushibo estaba asegurándose de que su dinero invertido haya valido la pena.

El otro niño tragó la enorme polla del señor Tsugikuni, ahuecando sus mejillas en el proceso. Kokushibo sintió como entraba en su garganta, mientras su cuerpo se comprime ante esa húmeda sensación llena de texturas.

Vio como el segundo de los niños solo se había quedado mirando la situación, dudoso e incómodo.

-Ven aquí- ordenó Kokushibo, haciéndole una seña.

Yui no dudó en hacerle caso, acercándose a Kokushibo y uniéndose al labor de su hermano menor. Mientras Muichiro succionaba el largo y grueso tronco, Yuichiro comenzó a lamer sus duras pelotas. Kokushibo solo gimió, entregándoles por un momento el control de su goce.

Ambos se separaron por un momento y se dedicaron a lamer los laterales de su miembro, al mismo tiempo. Kokushibo acarició las oscuras cabelleras de los niños, como agradecimiento por su impecable trabajo.

El hombre gruñó, eyaculando sobre las caras de los niños. Ambos se miraron por unos momentos, antes de juntar sus labios en un lento y suave beso; compartiendo los fluidos de mayor que pudieron atrapar con sus pequeñas bocas. El mayor volvió a ponerse duro viendo el caliente contacto de los hermanitos.

Kokushibo puso su mano en el pecho de Muichiro y lo empujó con fuerza a la cama; quien solo lo miró con picardía, abriendo sus largas piernas blancas y mostrándole su rosada entrada al mayor; revelando que las tangas que tienen puestas no cuentan con la parte de atrás.

Metió sus dedos en la boca de Yuichiro , dejándolos mojados completamente. Se acercó a Muichiro y metió dos de sus dedos en su trasero, haciéndolo gemir. Acercó su cuerpo al niño y metió su verga de una sola estocada, recibiendo como respuesta un agudo grito de placer y dolor. El menor colocó sus piernas en la cintura del mayor.

Su enorme verga se hizo paso en el interior del menor, abriéndolo por completo. Sus movimientos fueron bruscos y toscos, tratando de obtener hasta la más mínima gota de placer que pudiera extraer del niño.

Kokushibo puso su mano en el fino cuello del niño, tomando impulso para cogérselo con todas sus fuerzas. La delicadeza nunca fue su fuerte. Su musculoso cuerpo golpeaba al del menor, atacando su delicado interior sin pudor alguna.

A éstas alturas, Muichiro ya tenía los ojos en blancos y la lengua fuera; gimiendo a gritos ante las indescriptibles sensaciones en cada fibra de su joven cuerpo.

-¿Te gusta, pequeña puta?- le gruñó, apretando su cuello -¿te gusta mi verga dentro tuyo?-

-¡Si! ¡por favor no de detenga!- gimió, apretando su entrada .

Yuichiro solo miraba la situación con asombro y nerviosismo, sabiendo que pronto sería su turno, acariciaba el cabello de su hermano cuando el mayor expulsó un fuerte descarga de semen en su interior. Kokushibo sacó su miembro, dejando chorrear su semilla del ano del cansado niño de 12 años.

El más nervioso de la habitación solo necesitó sentir la intimidante mirada rojiza del mayor para saber que es su turno de complacerlo. Con un poco de miedo y recelo, se colocó al lado de su hermano y se puso en cuatro. Kokushibo supo inmediatamente que, a diferencia de Mui, él era virgen (por lo menos de la parte de atrás).

Muichiro se acercó al menor y puso sus manos en las suaves nalgas de éste, abriéndolas para el hombre, Kokushibo sintió un espasmo en su cuerpo.

Puso su verga en la entrada del menor, metiéndola de una sola vez y sin previo aviso. Yui gritó de dolor. El hombre también gimió al sentir la estrechez del pequeño niño atrapar su enorme miembro. El niño tuvo suerte de que la polla del hombre estuviera ya lubricada por la experiencia anterior con su hermano.

Sus embestidas fueron aún más frenéticas que las anteriores, sin importarle la corta edad del niño. Sus golpes contra el cuerpo del niño hicieron eco en toda la habitación. El pequeño se veía diminuto al lado del lado del hombre adulto, el miembro abría la entrada del menor y desaparecía en su interior como si nada. No supo que tan profundo entró en el niño, pero tuvo la certeza de que ningún otro hombre llegaría tan lejos.

Yuichiro dio vuelta su cara, mirándolo con un adolorido puchero. Cualquier otro hombre se hubiese detenido, pero el pedófilo de Kokushibo solo tomó al niño del cabello y aumentó la fuerza de sus movimientos. Eso no quita que el señor haya sentido ternura, pero ahí está el problema; a Kokushibo le encanta destruir cosas tiernas.

Con su mano, metió sus dedos en el húmedo interior de Muichiro; quien parecía hipnotizado viendo la enorme polla de Kokushibo entrar en el pequeño culo de su hermano mayor.

Al sentir como su cuerpo se contraía, Kokushibo aferró el cuerpo del menor al suyo; expulsando su tercera y última descarga de semen de la noche en el culo del Yuichiro. Los tres cayeron desplomados en la suave cama, con ambos niños descansando en los pectorales del mayor.

-Ustedes se vienen conmigo- les dijo, respirando con agitación- ahora me pertenecen- abrazó a ambos niños con sus enormes y trabajados brazos.

Muichiro sonrió y se aferró a su pecho, Yuichiro estaba aturdido pero igualmente se acurrucó agotado, quedándose dormidos sobre el pecho de su nuevo dueño.

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