•Capítulo 1•

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-Me estoy riendo tanto que creo que estoy driblando un poco -dijo Malfoy desde debajo de la mesa.

-Lo siento -dijo Harry-. ¿Podrían... podrían tal vez explicarlo de nuevo? ¿Para que tenga sentido esta vez?

Miró con una creciente sensación de desesperación a Kingsley Shacklebolt y al ex profesor Slughorn. Estaban sentados en la punta de la mesa de la sala de juntas, Slughorn pareciendo levemente satisfecho con él mismo y usualmente benévolo. Shacklebolt parecía sombrío, pero Shacklebolt siempre parecía sombrío.

Cinco minutos antes, Harry había pensado que tal vez recibirían un elogio por el caso de Gringotts, pero Slughorn había estado sentado con Shacklebolt cuando entraron, y luego Malfoy había echado un vistazo a los cuadros genealógicos y se había deslizado de su silla, riendo como una hiena.

Shacklebolt frunció el ceño.

-Ya pasamos por esto, Potter.

-Sólo una vez más -dijo Harry desesperadamente.

-Por supuesto, mi querido muchacho -le dijo Slughorn, sonriendo con placer-. Me doy cuenta de que esto puede sorprenderte, pero nuestras investigaciones llevan algún tiempo en marcha y estamos bastante seguros. Tu madre Lily Evans no era, como todos habíamos creído anteriormente, de pura estirpe muggle. Uno de sus antepasados ​​fue una Veela.

La risa de Malfoy llegó con renovado vigor desde debajo de la mesa. Harry le dio una patada en las costillas.

-Miren -dijo-. Seguramente hay algún error...

-Oh, no -dijo Slughorn afablemente-. De hecho, explica muchas cosas. Un chico sangre pura como James Potter, con prejuicios o no, bien se podría haber esperado que se mantuviera alejado de una chica nacida de muggles. Sin embargo, la persiguió durante cinco años, como dice el dicho, como si fuera un muchacho en su primer viaje a Hogsmeade y ella llevara Honeydukes en sus bragas.

-¡Porque él la amaba! -gritó Harry-. Y... ¿y quién dice eso, de todos modos? ¡Yo no digo eso!

-Oh, sí -dijo Slughorn, de una manera elegante y satisfecha.-. Él la amaba. Y Peter Pettigrew la amaba, y Sirius Black la amaba, y Remus Lupin la amaba. Y Regulus Black la amaba, y yo mismo la anhelaba, y Severus Snape también estaba poseído por una pasión secreta por la encantadora Lily. ¿No te parece un poco extraño ese catálogo de amantes? Es prácticamente un pase de lista.

-Su pasión no era tan secreta, señor -dijo Malfoy desde debajo de la mesa.

-Cállate, Malfoy, Dios, no estás ayudando -espetó Harry-. Bueno, yo... mi madre era un buen partido, supongo... yo... ¿En serio, el profesor Snape?

-Sospechamos que incluso el propio Quien-Tú-Sabes, tan pronto como vio a Lily supo que debía hacerla suya. Por eso le ofreció la oportunidad de hacerse a un lado, esa noche en el Valle de Godric. Su deseo de llevarse a tu madre a un dulce palacio azucarado de carnalidad fue, al parecer, su perdición.

Slughorn asintió casi con tristeza para sí mismo, como si Voldemort fuera más digno de lástima que de culpa.

-Dulce... Ugh -dijo Harry-. Ugh.

-Hemos investigado esto a fondo, Harry -le aseguró Slughorn-. Fui a visitar a tus familiares, a quienes tengo entendido no has visto en seis años...

-Dudley no es parte Veela -dijo Harry rotundamente. Eso no podría ser, o en definitiva el mundo se desmoronaría.

-Un joven muy agradable -dijo Slughorn-. ¡Qué físico! Pero claro, la sangre Veela fue aún más evidente en tu tía Petunia. Tiene el pelo rubio y el cuello de cisne de las Veela, nunca vi a un muggle con una cepa tan fuerte de sangre Veela en ellos. Tu tío Vernon es un hombre con suerte. Las Veela, por supuesto, a veces pueden ser un poco duras en el lecho conyugal, pero con sus salvajes ministraciones se llega a un éxtasis inimaginable...

Mortalmente Hermoso |Traducción|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora