ᵉⁿᵗʳᵉ 𝗲𝗹 𝗽𝗹𝗼𝗺𝗼 𝘆 𝗹𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗶𝗹𝘂𝘀𝗶𝗼́𝗻

300 8 0
                                    

Eran las 2 de la tarde, ya me había bañado y cambiado. Estaba yendo para la casa de Sebastián, el pelado, para que me dé merca o algún porro.

Yo sé que está mal lo que hago, pero falopearme me distrae del lugar de mierda dónde vivo y la familia de mierda que tengo.

Y capas soy media desagradecida, tengo familia por suerte, pero me hubiera gustado que mamá me vea como su hija, nunca me dijo "Hija", nunca. Una vez la escuché hablar con Jorge de porque me trataba así, le dijo a Jorge que porque es mi culpa que papá se haya muerto, cuando? Ese pelotudo murió de sobredosis, y capas que yo algún día también si no me controlo.

Aveces me gusta pensar que no voy a ser adulta, que por las adicciones que tengo no voy a llegar ni a los 25, o por culpa de mi hermano, el no piensa en eso pero yo si, siempre, todos los días se crea enemigos nuevos y después soy yo la que se tiene que bancar las amenazas de muerte, de suerte que el Cochi nunca pregunta porque si no, yo ya estaría muerta.

Pensando en Cochi, aveces no me lo banco, pero después se me pasa porque el es más mi hermano que Jorge y Hernán, el último es un falopero y pajero.

Siempre estoy con envidia, veo a otras familias y están piola, las madres se preocupan que sus hijos se queden hasta tarde o se vayan por malos caminos, los padres laburan, los nenes tranquilos, sin tenerle miedo a nada pero si a qué algún amigo suyo caiga en las drogas o amanezca muerto.

-qué onda pela, están los otros acá? -Mientras pensaba, ya había llegado al edificio donde vive Sebastián y me habían abierto la puerta, pero no fue el pela el que me abrió.

-Cómo conoces a Sebastián? Bue, ya sé. Para qué querés saber eso vo'? -Esta el pibe de antes.

Era blanquito y castaño, re lindo el pibe pero una cara de pajero.

-Y porque si, que tiene? Está Sebastián o no? -Le pregunté.

-Si, pará que lo buscas? -Ni siquiera me dejaba pasar, que pibe e.

-Quiero pedirle algo, me dejas pasar o me lo traes para acá?

El pibe me miró medio mal y me dejó pasar. Camine para la sala donde estaba Sebastián casi inconsciente.

-Qué onda pela, estás o no? -Pase mi mano por arriba de sus ojos y ni reaccionaba.

Arriba de la mesa había merca todavía y algunos porros.

-Qué olor wacho, no querés ir a otro lado en lo que este se recupera y se va el olor? A comer o no sé, tengo una lija. -Le hablé al pibe mientras le sacaba la merca y dos porros al pela y me los guardaba.

-No sé quién sos piba, cómo me voy a ir con vos? -Se apoyo en la pared cruzado de brazos mirandome.

-Me llamo Camila, vos? -...- Esto no le vayas a decir a Jorge o a Cochi, me escuchaste? A nadie.

-Bueno, bueno, soy Danilo, pero me dicen Uruguayo.

-Un gusto. Ahora vayamos, seguro que este no compra ni comida.

Danilo se puso su campera y los dos salimos de la casa.

Debo de tener como 20 pesos más o menos, o más, ni idea.

-Qué te pinta comer?- Me fijé cuánta plata tenía y eran 40- Foaa, se gasto Jorge, me dió 40 pesos.

-Unos sanguchitos, bancas? -Me dijo con una sonrisa.

-Uhh si, que rico, anoche me lleve una botella de gaseosa del cumple, querés que vayamos a mi casa a pasar los sanguchitos con la gaseosa o compramos? -Medio raro invitarlo, mepa que estoy flasheando confianza.

𝙻𝚘𝚌𝚊 / 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐥𝐨 𝐒𝐚́𝐧𝐜𝐡𝐞𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora