Capítulo 8

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Mientras oía el tik tak de un reloj en uno de los muebles, Katsuki no encontraba una razón por la que mentalmente estuviera enumerando cada cosa que le parecía interesante del chico de ojos verdes, pero en fin, lo hacía. Y no parecía querer meterse en lo absoluto.

No habló por unos segundos, quería apreciar esa imagen, pero lo que no quería era quedar en un silencio incómodo otra vez, así que siguió con esa conversación.

— A mi me parecía que hablaba muy en serio. –Contradijo metiendo sus manos en los bolsillos laterales de su pantalón.– Estoy seguro de que casi me mata con esas miradas.

Izuku no evitó soltar unas risas, algo bajas, pero lo suficientemente audibles para que hicieran eco en la habitación y así fueran más altas.

— No, no es eso, él es así, puede parecer... serio, pero en realidad es alguien con mucha actitud. –Defendió juntando sus manos en su regazo y dejándolas ahí.

Claro, demasiada actitud. Respondío Bakugo en sus adentros. Obviamente de la manera más sarcástica posible, pero no diría eso en frente del chico, ya que no hacía falta ver más para saber que aquel molesto colorido y este peliverde eran amigos.

Lo que menos quería era ofenderlo de alguna manera, eso implicaría disculparse otra vez, y eso por ende significa una respuesta con un posible "no".

Oh cierto, a lo que venía, las tan esperadas disculpas. Debía terminar eso.

— Sea como sea, me quiero disculpar correctamente. –Habló.

Estaba inseguro de si caminar hacía él o quedarse ahí quieto como una jodida estatua parado a unos metros frente a la camilla en la que Izuku estaba sentado.

— Oh, no, no, no. –El contrario movió sus manos ahora haciéndole unas señas de que no era necesario.– En serio, ya lo dije, estoy más que bien, solo fue un pequeño golpe, nada de que preocuparse, no hace falta que te disculpes, está bien.

Ladeó un poco su cabeza viendo al peliverde seguir parloteando acerca de que no debía disculparse y demás. Bueno, tal vez y estaba exagerando con eso, ese accidente fue un accidente -valga la redundancia- después de todo, no tenía la culpa, o no toda, si tan solo no hubiera preferido ponerle atención a su celular en ese momento. Pero su maldito subconsciente y ese sentimiento de culpa le quitaban el sueño en la noche. Y por un demonio que odiaba eso y las consecuencias que le traían el no haber dormido correctamente.

Además, necesitaba en serio dejar de sentir ese asqueroso sentimiento de culpa que tanto le desagradaba.

— Insisto. –No se iría sin escuchar una respuesta, de sus propios labios sin intervenciones de terceros.

Además, como decía el idiota de Kirishima: "Eso no sería muy varonil."

Ambos quedaron en silencio, justo lo que Bakugo estaba evitando hacer para que esa visita no fuera más extraña de lo que ya era. Sin embargo, al contrario de lo que creyó, no fue tan incómodo, otra vez con esas miradas puestas en el otro como si se trataran de leer la mente entre ellos.

Lo vió mover un poco los labios como si fuera a hablar otra vez, seguramente diciéndole que no eran necesarias las disculpas por algo que pasó y que no era para nada grave. Dejó de hacer eso unos instantes, ahora parecía que esos ojos esmeraldas analizaran cada uno de sus pensamientos, se sintió muy extraño, bueno, si es que la palabra "extraño" lograse acaparar todo eso que estaba sintiendo ahora con esa mirada. Esa sensación desapareció cuando al fin escuchó un suspiro por parte de él seguidamente de más palabras.

— Está bien, te perdono.

Esa asfixiante sensación que lo molestaba al fin pareció liberarlo y bajarse de sus hombros. Y más aún cuando lo que escuchó fue una respuesta positiva.

You And MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora