Es solo... Dolor

2.7K 209 22
                                    

Morgan:

—Han mejorado—dijo Mónica mientras hacíamos el último repaso de la noche.

Observé los movimientos de Marcos y Michael mientras simulaban batirse a duelo con espadas en su mini dueto en medio del baile grupal, ambos habían conseguido de una manera maravillosa canalizar sus emociones al baile. Julieta estaba postrada en una cama de piedra, lo manejaba bien para alguien que odiaba no ser el centro de atención y entonces se despertó y todo fue fluido, hermoso a su manera.

—Lo han hecho muy bien—respondí, no podía dejar de mirarlos, el baile grupal era mi pieza favorita—. Incluso Marcos parece disfrutarlo—añadí.

Para mi sorpresa, Mónica sonrió y, por primera vez, no trató de disimularlo. Entonces el baile terminó y solté una risa al ver la gran sonrisa de Julieta en la pose final.

—Recuerda que tienes que parecer triste, se supone que tu esposo acaba de morir y tú igual—le avisé.

—Estoy muy emocionada—respondió mientras se sacaba el puñal falso del estómago.

—Los quiero a todos aquí mañana a las ocho de la mañana—avisó Mónica mientras los chicos tomaban agua a montones. Pobres, me compadecía por ellos, habían trabajado tan duro y quería. No. Suplicaba porque ganáramos, o sino, tendría una demanda por parte de Julieta—. Ocho de la mañana en punto o sino el bus partirá y se quedarán.

Las Nacionales se llevarían a cabo en Madrid, así que tendríamos que viajar todos en el mismo bus.

—Hablé con tu novio—Mónica se giró y con un gruñido añadió—: No va a dejar que Olivia venga con nosotros.

—No es que no quiera, es que la semifinal es hoy, dentro de unas horas y no quiero parecer pretenciosa, pero estoy segura de que vamos a ganar y entonces el club no va a permitir que él falte cuando solo quedan días para la final—le expliqué—. Y Oli no puede viajar sin Pedri.

—Espero que no se te ocurra faltar a ti también—agregó Mónica mientras negaba con la cabeza, un poco resignada—. Te quiero aquí a las siete y media.

—No...

—Porque esos niños ahora confían en tí —dijo Mónica y los señaló con un leve asentimiento de cabeza. Miré como Marcos, Michael y Julieta nos observaban de reojo, trataron de disimularlo. Por suerte no podían escucharnos—. Ahora esperan tu aprobación después de cada baile, incluso tanto como la mía.

Sonreí cuando Mónica volteó los ojos.

Les había tomado cariño a todos los niños, me encantaba trabajar con ellos, con Mónica en el Estudio, pasar tiempo con Oli y sobre todo, estar con Pedri.

Finalmente y después de mucho tiempo, podía decir que era feliz.

—Aquí estaré—respondí y entonces me di cuenta de que tenía que apresurarme, debía ir a preparar mi bolsa para el viaje y prepararme para el partido.

Salí del Estudio y estuve a punto de mandarle un mensaje a Pedri para avisarle que no era necesario que viniera por mí, él necesitaba prepararse y yo bien podía tomar el bus, hacia mucho que no lo hacía.

—Lola.

Y ya no quería darme la vuelta.

Ya no.

—Angie.

—¿Cómo has estado?—preguntó Angie con una pequeña sonrisa en su rostro, una que hacia que se me revolviera el estómago.

—Bien, ¿qué haces aquí?—no pude contenerme.

—Vaya, alguien está de mal humor—comentó Angie, frunciendo su ceño pero sin perder la sonrisa—. ¿Te pasó algo, cariño? ¿Peleaste con tu novio?

IT'S JUST A MISTAKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora