Protagonista: EMILIA TORRES
pedido de: minsungxseungbin
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Las parejas y ships en la casa de Gran Hermano crecían más y más. Joel y Emilia eran una de las parejas que se había formado. Primero empezaron miradas, segundo los acercamientos, luego los roces y toques, para que finalmente, el beso en la fiesta de los viernes. Digamos que a una mitad del público se emocionó y no tardó en hacer edits de la secuencia, amaban "Jolia". Y la otra mitad se ofendió completamente, ya que para ellos, Emilia debía salir con Martín y Joel con Rosina.
Era muy arriesgado ponerse en pareja en la casa más famosa del mundo, estando desconectados de todos y todo, pero en la mente de ambos, pasó la famosa frase; "La vida es una". A medida que los días iban pasando, la relación crecía más y más, había más confianza y sentían que eran el uno para el otro. Pero no iba a descartar algo, notaba que entre Joel y Rosina, las cosas eran raras, algo era tenso, como si algo hubiese pasado. Emilia lo pregunto mil veces y las mil veces eran "No pasa nada". Veía como también se trataban con demasiada confianza, y en parte le generaba celos. Si había algo que detestaba eran las mentiras y presentía que el azafato lo estaba haciendo.
Salió de la pieza para dirigirse a la vacha del baño, agarró su cepillo de dientes y esparció dentífrico allí. Mientras lavaba sus dientes, escuchaba risas desde el comedor, que claramente las ficho al instante; Rosina y Joel. Con toda la paciencia que tenía ahora, se miro al espejo y suspiró. Emprendió camino hacia allá y cada vez sentía que el pasillo se hacía eterno, llegó y no fue para nada notada, ellos continuaban en su mundo.
—. Joel...— llamó la atención, Emilia, de los dos, quienes la miraron con una sonrisa. —. ¿Podemos ir a hablar? A solas.— pregunto ella un tanto seria.
—. Hola, Emi.— saludo el azafato con una sonrisa, que hacía que la castaña quiera matarlo.—. ¿Es necesario ahora?— pregunto con pizcas de vagancia en su voz.
—. Si, Joel. — hizo el punto y el mayor se levantó de la silla, se dirigió hasta la puerta. —. Buenos días, Rosi.— saludo a la pelinegra y desapareció por la puerta.
El azafato le aclaró que vayan al sauna y así fue. Se dirigieron en silencio allá y la incomodidad era notable. Entraron al cubículo 4x4 y se sentaron enfrentados.
—. Dale, ¿qué pasa?— pregunto el con curiosidad.
—. A vos que te pasa.— soltó Emilia y el mayor frunció el ceño.—. ¿Qué te pensaste? ¿Qué no me di cuenta como te tratas con Rosina?— dijo enojada la modelo.
—. ¿Eh...? ¿Otra vez con eso? Sabes que nunca entiendo tu punto. ¿Te molesta Rosi?.— dijo el chico pasándose las manos por la cara.
—. ¡No, Amor! ¡Vos me molestas!— chillo ella.—. No soy estupida, se que entre vos y la Uru pasa algo. Al principio me hacía la tonta y te creía, tenía el presentimiento, pero yo decía; "No, la verdad que estoy flasheando y no pasa nada". ¡Pero después! Me di cuenta que si pasa algo, qué hay tensión. Joel, sabes que odio las mentiras, es tu momento de hablar, si no nada va a estar bien entre nosotros. — largo de un tiro Emilia y sintió el alivio.