Capitulo 32: Los deseos convertidos en órdenes

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El beso de Beth dura muy poco tiempo y cuando quiere separarse, Luca regresa a sus labios inmediatamente como si la acción de la joven solo hubiera sido una señal para que él continúe y efectivamente, lo hace sin que Elisabeth se oponga.

— No puedo ser como tus bailarinas...— Habla Beth, sobre los labios de Luca. — No voy a hacer eso.

— ¿Y por eso me besas?

Beth, se inclina un poco hacia atrás para verlo a la cara, — No quiero que te vayas enfadado y pensando que yo te tengo miedo.

— Deberías decirlo a tu cuerpo, él es el que tiembla cuando está frente a mi...

— No sabes nada— Ruge la joven y cuando trata de alejarse un paso de él, siente sus manos sobre su cintura, impidiendolo, — No es por eso, es que a ti te gustan esas cosas...

— Entonces, ¿Si hago otro tipo de "cosas", no reaccionarias de la misma manera?

— ¿Otro tipo?

— No estoy acostumbrado a las relaciones tranquilas...

— ¿Sin bailes exóticos?- Sigue la joven con cierto tono irónico.

— Sexo convencional, sin grandes pretensiones ni extravagancias— Suelta Luca, sin problema.

Beth, cambia su expresión volviéndose sería  nuevamente, - ¿Qué gustos raros tienes?— dice, frunciendo el ceño.

El joven se mantiene en silencio por unos segundos como si dudará en hablar de esto justo ahora, así que termina esquivando el tema, —No importa— Dice, — Los gustos que se supone, mi favorita, debería saber no lo sabe— Se aparta de Beth otra vez,
— Regresaras al edificio cuando Marta venga por ti— Sigue el joven y cuando vuelve a tocar el pomo de la puerta, Beth intenta detenerlo.

- ¿Ya me crees? ¿Qué yo no fui la de esas fotos?– se precipita la joven.

Luca, aún de espalda a ella contesta, — No hay cámaras de seguridad en las habitaciones, así que no sé que pasó allí adentro. Pero si hay cámaras de seguridad en el pasillo y muestran que tú y él ingresan a esa habitación— En sus pensamientos se cruza su conversación con Renzo antes de llegar aquí.

— Isabella, dijo que Beth recibió un caja con un vestido y una nota. Ella pensó que eras tú, que la citabas en el club. Vino para verte a ti no al piloto. El maldito traidor que estuvo en la primera emboscada, siguio aquí y fue él quien trajo a Beth"

-Si las fotos son falsas o no, no me interesa.

— Entonces deja de culparme...

— No lo hago— Luca, regresa su mirada a ella, — Solo te recuerdo que eres mía hasta que pase el año, mientras tanto no puedes irte con él.

— Yo no me iba a ir, ya te lo dije.

— Que bueno que sepas lo que te conviene.

— Cuando quieres, eres un maldito — Suelta la joven ganándose la fría mirada de Luca.

— Lo siento, no puedo ser el bueno, como Seth— Pronuncia el nombre de Seth, como si hubiera probado algo amargo.

"¿No puedes?" Piensa Beth y recuerda el momento en que  lo vio tan simple, tan cálido cuando la rescató. Él si puede ser bueno con ella.

Necesita romper está barrera, recuperar la confianza de Luca.
Si esto hubiera pasado hace meses atrás, no le hubiera importado lo que Luca piense pero ahora es diferente, no ha visto ni una pizca de calidez en su rostro y esto, no le gusta. Así que arroja su última carta antes de que se vaya, pidiendo algo que no penso que lo haría pero siente que si él lo hace solo, si es capaz de acercarse a ella nuevamente por su cuenta, podrían romper esa barrera de hielo.

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