Final.

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El abogado José Puente lleva una semana detenido en los juzgados de Plaza de Castilla. No le han desplazado aún a ninguna cárcel porque saben que en cuanto entre a formar parte de los presos comunes, su vida no valdrá nada, pero lo harán, pronto lo harán. Las autoridades necesitan tiempo para comprobar toda la información que están sacando de sus equipos informáticos y de los ficheros que hay en su despacho. En la caja fuerte de ese mismo despacho han encontrado toda una mina de sorpresas. La mayoría le inculpan en delitos gravísimos. Pero no sólo a él. Entre otras cosas han aparecido grabaciones de violaciones grupales a mujeres muy jóvenes sin identificar aún. También está la documentación de Tamara Portimao.

Aitana y Susana volvieron ayer de USA con una buena noticia. Una empresa desconocida ha ingresado en el proyecto de Newark con la intención de instalar una granja de servidores informáticos lo más cerca posible del nodo intercontinental de la bahía, que entrará en funcionamiento en pocas semanas con siete de los catorce cables de fibra previstos, de momento. La empresa WASP invertirá unos mil millones de dólares para su instalación destinados a suelo, edificaciones y dotaciones de alta tecnología y dará trabajo a unas ciento cincuenta personas, pero además ha donado setecientos cincuenta y seis a la fundación Ana López de Aiala. Al parecer el dinero que desapareció de las cuentas de Puente ha aparecido por sorpresa reinvertido de una forma adecuada.

Todo ha vuelto a la normalidad en casa. Todo menos Maika. Está mejor, muy lejos de estar bien. La trataron para evitar un posible embarazo no deseado y para prevenir las enfermedades de transmisión sexual más habituales. Eso ha ido bien, dando negativo en todas ellas. Hemos trazado una rutina en la que ella y yo comemos todos los días juntas y tres veces a la semana, por la tarde iremos al gimnasio. Cada quince días visitará a un Psicólogo que me ha recomendado Maite, amigo suyo. Yo siempre le digo que todo va a salir bien.

Hace calor. La primavera ha tardado en llegar, pero hoy ha sido un bonito día en el que se ha llegado a los veintiséis grados en la costa Vasca. Desde la madrugada se intuía un día limpio y cálido, que he sentido nacer, porque hoy he vuelto a salir sola a nadar de madrugada. Me he despertado muy, muy pronto y he sentido la necesidad de volver allí, al mismo sitio en las mismas condiciones que hace más de dos años, lejos de temores, de amenazas, sola en mitad de mi mar. He vuelto a pensar en ello, a recrear ese sentimiento. Por la tarde nos hemos reunido para cenar con las chicas, esta vez en su casa de Aizerota, donde han vuelto definitivamente a vivir. Yo, al poco tiempo de llegar me he acercado sola al acantilado. A presentar mis respetos a Ana y a mis padres. Me he despedido de ellos, otra vez, y he vuelto a la casa. Después hemos jugado todos con los niños. Ion está cada día más grande, más hablador y más canalla. Ana se parece cada día más a su abuela y Nahia…  Nahia es una perfecta copia de sus padres que ha heredado lo mejor de cada uno, la espontaneidad de Susana y la naturaleza noble y la bondad de Aitor. Me recuesto en el sofá agotada de jugar con ellos y poco más tarde Susana se tira a mi lado de golpe, me abraza y me da un beso en la frente. Los demás nos miran felices de ver como todo empieza a ser como antes.

Susana-. Esta es mi jefa. Que se ha despellejado a un cabrón que llevaba años delinquiendo, ella solita.

Yo-. Para ser justa, de sola nada. Con todos vosotros, con Xavier, con Gotzon.. Sobre todo con Liz, claro.

Aitor-. ¿ Has vuelto a saber algo de ella?.

Yo-. Dudo que vuelva a saber nada de esa chica…  me da pena. Siempre escondida, siempre sola, huyendo.

Aitana-. ¿ De qué huye?. Ya nadie la persigue.

Yo-. Huye del pasado.

Aitana-. Lo importante es que toda esta historia está terminada y estamos todos juntos y a salvo.

Yo-. En realidad… Aún falta algo. Dentro de la investigación, Xabier encontró algo en Baskdone. Un fichero encriptado con todos mis movimientos. Pensamos que se lo pasaban a Puente, pero al parecer no era así.

Susana-. ¿ Dónde estaba ese fichero? Y ¿ Por qué no habías dicho nada?.

Yo-. Estaba esperando que se calmara todo este lío, pero.. Aitana, el fichero estaba en el sistema de tu tío Alberto. Quería que vinieras y descansaras antes de decírtelo. Yo no le haré nada que tú no apruebes.

Susana-. Joder, otra vez Alberto. Ya le salvaste una vez el puesto, Aitana.

Aitana-. El lunes iré a Baskdone. Hablaremos con él las dos. Se terminó. Está fuera.

Logro librarme del abrazo de Susana y levantarme. Me acerco hasta la entrada y cojo mi bolso. Saco de él un pequeño paquete hecho de papel.

Yo-. Entonces ya solo queda una cosa para que todo haya terminado. ( Lanzo el paquete a Susana y antes de que lo abra termino mi frase) Porque nosotros siempre terminamos igual los grandes problemas.

Susana abre el papel y descubre una prueba de embarazo con resultado positivo. Esta vez será niña, seguro, y se llamará Maite como mi madre. O tal vez  sea niño, qué más da. Pero lo que está claro es que será querido y protegido por esta familia. Pero todo eso, será otra historia.

Fin de "La mujer que vendió el mundo", o lo que ha sido hasta ahora, " La chica de la sudadera negra". Gracias a todos por leer esta saga, que tantísimo significa para mí. Os encomiendo a leer la siguiente entrega, que me pongo ahora mismo a editar para seguir publicando. Gracias queridxs amigxs, por leer y por hacerme saber que seguís ahí, muy cerca de mí.

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La mujer que vendió el mundo. Tercera entrega de Virginia Zugasti. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora