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Madrid, 2027
Miró a su pintura fijamente. Era fea. Muy fea. Tal vez a alguna gente le parecía bonita, la combinación de colores era buena y eso era suficiente para convencer a gente inexperta de que una pintura era buena. Pero sus obras no la veía gente inexperta, al contrario, venía gente de casi todos los rincones del mundo para ver sus exposiciones, algunas seguramente venían de la Isla Epstein, pero Aurelia intentaba no pensar mucho en eso.
Acababa de terminarla, supuestamente, hacía un par de minutos había dado las últimas pinceladas y hasta ahora solo la había mirado. Estaba haciendo contacto visual con el Enzo que estaba dibujado en el centro del cuadro, de espaldas pero entornando la cabeza hacia atrás. Llevaba tanto tiempo mirándolo que hubo un par de veces que pensó que había pestañeado.
El cuadro consistía en eso, Enzo en el centro, tal vez un poquito hacia la izquierda, sentado en un columpio, mirando hacia atrás y con una mujer a la que no se le veía la cara acurrucada en su pecho. A Aurelia se le había ocurrido por la noche, después de una discusión. Ella no sabía si aquella mujer era ella o si la persona a la que Enzo miraba era ella.
Estaba segura de que algo fallaba, solo una cosa no sabía lo que era; no sabía si faltaba o sobraba algo, si un color no quedaba bien, si un brazo no estaba bien colocado... Podía ser cualquier cosa, lo único que sabía que estaba bien era la mirada, no representaba ningún remordimiento y Aurelia le había levantado un poco la barbilla para que pareciera que tenía algún tipo de poder.
Pero seguía siendo fea.
Enzo apareció por detrás, Aurelia tenía el estudio abierto, porque Enzo le había insistido que le encantaba verla pintar. Con el paso de los años, él se acostumbró a simplemente ignorar la presencia de Aurelia cuando estaba pintando. Iba a pasar de largo hacia el cuarto, pero Aurelia alargó el brazo y lo detuvo.
ᅳ¿Crees que es buena? ᅳle cuestionó. El sol le estaba dando en la espalda, así que cuando estiró el brazo, su anillo en el dedo anular.
Enzo levantó la vista de su móvil solo un milisegundo, para hacerle creer a Aurelia que lo había mirado.
ᅳYa te dije que sí.
Aurelia le había pedido su opinió un par de días atrás, cuando aún faltaban varios detalles.
ᅳPero ahora está terminada ᅳinsistió Aurelia, teniendo que mirar hacia arriba porque ella estaba sentada y Enzo de pie.
Enzo levantó otro instante la mirada, para solo pensar que estaba exactamente igual que hace dos días.
ᅳSigue siendo buena.
Aurelia pestañeó y miró unos instantes la pintura, poniendo una muecaᅳ ¿Estás seguro?
