Capitulo 1

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Había algo en Reed qué había cambiado desde hacía un tiempo atrás y que no sabia como explicarlo. Porque desde que sus hijos crecieron algo era diferente en especial con Valeria, su pequeña princesa se había desarrollado muy bien.

Ya no era una niña y sus caderas ensanchadas lo demostraban, la figura curvilínea de su hija lo confundía, sus senos los cuales habían crecido de sobremanera eran una cosa que parecía enloquecer a cualquiera. Además de que la chica no era la más recatada del mundo, se vestía con vestidos cortos, croptops y minifaldas qué dejaban muy poco a la imaginación. Y por eso es que estdaba mal, había intentado no pensar en eso pero cada vez era más difícil, más cuando ella se paseaba en P. Se llenó de ira, porque nadie debía de tener a su pequeña, nadie excepto él.

Ese sentimiento puro de protección y cariño se había tornado en algo más fuerte, poco a poco se volvía una atracción por aquello prohibido, la veía feliz, hablar, socializar, le daba vida verla tan viva en su entorno, desde que la vio nacer hasta ahora ella ha sido sus ojos, su valor más preciado, no podía permitirse qué nadie más le pusiera una mano encima, ni siquiera su propio hijo.

Verlos tan cerca le daba cierto recelo, por mucho que Franklin fuera su sangre, no confiaba en que sus intenciones fueran buenas con ella, tuvo que pedir una pasantia a una escuela por unos días para deshacerse de él y así poder asegurarse de que Valeria estuviera a salvo o no encantada con su hermano, después de todo, Reed es su padre, técnicamente hasta su dueño.

La noche había caído, su esposa dormía a unas cuantas habitaciones de la de su hija, Reed se acercó a la puerta de esta y tocó con suavidad, esperando alguna señal o entrar sin esta.

—¿Cariño? ¿Estas ahí? —Preguntó desde el otro lado, sabía que podía entrar y ver que era lo que sucedía pero decidió esperar a que ella respondiera, no quería Asustarla.

Para Valeria, la salida de su otra mitad de la cuidad sin duda la puso triste, incluso la hizo decaer en su habitación. No conocía a nadie más que su hermano y si, tenía amigos, pero ninguno era tan importante como él. Además, su padre no la dejaba invitar a nadie a la torre, estaba sola de nuevo y era una adolescente.

Debía haber salido a algún lugar en la noche a divertirse, sin embargo estaba ahí, frente a su escritorio escribiendose con Franklin quien le contaba todo acerca de su temporal estadía en aquel lugar. Fue cuando su puerta sonó. Ella llevaba un pijama en conjunto de tela suave, con ositos de felpa dibujados en todos lados. Se levantó sin apagar el monitor y se acercó a la puerta.

Puso su mano en el sensor y esta se abrió en automático, dejandole ver la imponente figura de su padre, no lo habia visto en todo el día por lo que se lanzó hacia él. Su padre también era una de sus personas favoritas luego de su hermano y por eso su emoción al verlo, la torre podía ser muy aburrida cuando no había nadie ahí y pasar por horas vagando entre libros, experimentos y la cocina no sea el mejor plan para una chica de su edad.

—¡Papi! —Exclamó con emoción en la voz, en un tono bajo para no hacer tanto escándalo, tuvo que pararse de puntillas para poder alcanzar la mejilla del mayor.

Al momento de verla lanzarse hacia él, este no dudo dos veces y la abrazó, recibiendo el beso de la más joven con mucho amor, sus manos fueron a su cintura, elevandola un poco del suelo, dios si que era pequeña. Tanto que no pesaba mucho y su cintura era casi cubierta por sus manos, aunque él siempre las hacía más grandes.

— Te ves feliz, ¿me perdí de algo? — Preguntó, poniendo a la rubia en el piso nuevamente, estaba un tanto oscuro pero por la luz de mesa de ella podía notar que estaba leyendo o hablando con alguien en el ordenador.

Era muy de noche, eso no le daba muy buena espina y quería saber que sucedía. Una suave risita salió de la boca de Valeria cuando fue alzada en el aire, su padre era mucho más grande que ella, de hecho su hermano tambien, pero Reed le ganaba por mucho. Tomó la mano de Reed una vez estuvo en el suelo y entro a su habitación.

—Oh no, solo estoy hablando con Franklin, creo que iba a hacerme una videollamada. —Aclaró mientras la puerta se cerraba, se dio la vuelta y con brinquitos camino a su escritorio, no se sentó. Solo se inclino hacia adelante para teclear algo en su computador. —Le diré que nos llame, seguro se alegra de verte.

Al momento de que ella se inclinó hacia la mesa Reed se posicionó detrás de ella, sujetando su cintura, se acercó ligeramente sin asustarla, sus manos yacían en su pijama inferior. Sabía que lo que esperaba haciendo no era lo correcto pero no podía dejarlo, había aguantado por tanto tiempo desde que su pequeña comenzó a crecer más.

—Seguro, llámalo, hablemos con él. —

Se acercó un poco más, su bulto hacia una ligera presión sobre ella, quería esperar a la llamada para empezar dejarle en claro a Valeria qué la atención debía caer sobre él ahora que no había nadie qué la alejara de él.

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daddy's love (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora