La relación entre Izuku y Katsuki era... bastante curiosa, si es que se podía llamar así. Los tigres solían ser animales solitarios, que se guiaban por su cuenta y que no solían buscar parejas realmente. Así que la situación entre ambos fue bastante tensa en un inicio debido a que eran completamente opuestos, Izuku era un cálido sol mientras que Katsuki era una fría luna.
Pero con el pasar del tiempo, ambos aprendieron a convivir juntos.
Si, Katsuki no era del tipo cariñoso. Para nada. Pero Izuku tampoco le exigía serlo, y tampoco le exigía cambiar su actitud.
Quizás no eran la pareja ideal de cualquier historia romántica basada en clichés. Pero ambos disfrutaban mucho de la compañía del otro, porque habían salido de su eterna soledad. Katsuki solía matar o torturar gente por puro aburrimiento buscando obtener placer de ello, pero con la entrada de Izuku a su vida, él ya no experimentaba ese aburrimiento de su vida diaria. Mientras que Izuku había obtenido a alguien con quien poder pasar el tiempo, y realmente le gustaba ver que el Alfa había cambiado un poco... bueno, no mucho. Aún seguía siendo un sanguinario que disfrutaba de masacrar gente, pero ahora solía buscar peleas con personas que estuviesen a su nivel.
Al principio fue una relación por mero instinto, no podían negarlo. Pero con el pasar del tiempo, sus personalidades pudieron congeniar.
Aunque... Había ciertas cosas que no cambiaban, como el hecho de que eran animales solitarios. Así que el Omega mantuvo su distancia del Alfa, quien no puso queja ante ello. No podía estar todo el bendito día pendiente de Izuku, tenía un territorio que cuidar de cualquier invasor. Mientras que el omega disfrutaba su propia independencia, y extrañaba su territorio de igual manera.
Pero cuando sus lados animales suplicaban verse, ellos se reunían.Izuku se encontraba en su forma de tigre tomando agua de un rio, acababa de terminar su cacería y tenía que admitir que había cazado a una presa difícil. Claro que la había logrado matar, pero le resulto más complicado de lo normal. Se sentía un poco mal físicamente.
En medio de la persecución para matar a aquel búfalo, el sintió un leve mareo que provoco que perdiera de vista momentáneamente a su presa.Estaba un poco desubicado del porque se sentía tan mal, aunque tenía una pequeña teoría.
"—Tendré que esperar a que salga la luna esta noche—" pensó mientras terminaba de saciar su sed.
Su celo solía darse en las noches de luna llena cada seis meses, no había contado muy bien los meses por ser un distraído, pero probablemente su celo estaba cerca. Si esa noche veía que la luna estaba muy cerca de estar llena significaría que su teoría podría estar en lo correcto.
Se alejó del rio que daba inicio a su territorio, y se acercó al cadáver del búfalo que había matado unos minutos antes. Abrió sus fauces para después clavarlas en la garganta del animal, con cuidado empezó a arrastrarlo directo a su cueva. Planeaba comerlo fuera de ella, y desollarlo para usar su piel en su pequeño refugio. Sus instintos buscaban hacer su cueva mas cómoda, y sin darse , у cuenta empezó a construir un pequeño nido en ella.
Después de unos cuantos minutos de caminata, Izuku fue capaz de llegar a la entrada de su pequeña casa. Arrojo el cuerpo del animal cerca de ahí, y se dispuso a comer todo lo posible del mismo. Empezó a devorarlo en su forma animal, debido a que no tenía ganas de prender fuego para cocinarlo.
"—Me pregunto que estará haciendo Kacchan—" Pensó mientras arrancaba la carne fresca con violencia—. Conociendo al alfa, debe estar en su trono de huesos mientras mira a la nada con cara de culo."
Rio mentalmente ante aquel pensamiento. Pero no podía negar que su parte omega estaba empezando a ponerse ansiosa de solo pensar en su alfa, y supo que quizás lo vería pronto. Aunque no sabía cómo decirle que era posible que pronto entrara en celo antes de que Katsuki llegara a su cueva.
ESTÁS LEYENDO
𝐀𝐑𝐑𝐈𝐄𝐒𝐆𝐀𝐃𝐀 𝐀𝐓𝐑𝐀𝐂𝐂𝐈Ó𝐍 [BKDK]
Fanfic¡UA OMEGAVERSE! Katsuki, el poder mismo en su máxima expresión. Tan místico, tan fuerte, tan cruel, y tan déspota. Todo a su alrededor era consumido por esa maldad inconmensurable que contenía dentro de si. No necesitaba a nadie más que a sí mismo...