Don George llega y le entregamos el turno, nos despedimos y salimos de la oficina, Sophie está apoyada en el muro de enfrente, mira a Max y le sonríe, comienza a caminar en su dirección y yo continuo mi camino hasta el ascensor, las puertas se abren y está Alex, ¿es enserio?
–Hola Emma.
–Hola... – digo sin ánimos, me tiene harta.
–¿Cómo estás?
–Agotada.
–Vamos – me giro y es Max.
–Max, podrías por una vez no interrumpirnos – dice Alex molesto – Allá hay una de las chichas de tu larga lista mirándote – me giro y Sophie esta ahí, okey esto es muy incomodo, me alejo de ambos y presiono el botón del ascensor, las puertas se abren y me meto.
–Emma – dicen ambos, pero los ignoro.
Fuera del edificio, me dirijo a la parada de autobuses, me siento y trato de analizar toda la situación, debo admitir que las palabra de Alex a Max me incomodaron ¨tu larga lista¨, sé que Max debió tener muchísimas mujeres... bueno Emma... como dicen... Lo que no fue en tu año que no te haga daño. Se detiene un vehículo enfrente, noto de inmediato que es el auto de Max, está sentado atrás y Jhon conduce, esté ultimo se baja y le abre la puerta, Max sale y se sienta a mi lado.
–Vamos, Pita debe estar esperando – ¡Pita!, soy la peor mamá.
–Lo había olvidado... – Nos subimos y apenas la puerta se cierra, Max entrelaza su mano con la mía y me apoyo en él.
Cuando entramos al departamento, llamo a pita y ella llega corriendo, la tomo y y la lleno de besitos, ella me lame y ladra sin parar, Max se acerca y le acaricia su cabecita.
–Vamos.
–¿Te quieres ir? – pregunta mirándome fijamente.
–Pita debe tener hambre.
–Ya le compraron de todo – sonríe y me da la mano.
Me lleva a la cocina, es cierto, pita tiene sus platitos, su alimento hasta una cama, lo miro y se encoje de hombros.
–Quédate, prometo no hacer nada que no quieras – dice sonriendo.
–¿Cuántas habitaciones tienes? – pregunto jugando, se ríe.
–Cinco, pero para ti solo hay una y es la mía – me muerdo el labio.
Entramos a su habitación, la vista es tan hermosa, Max entra a la misma habitación que había entrado ayer, se tarda un tiempo y sale sin ropa y nada mas que una toalla en sus caderas y una bolsa en su mano izquierda, me la entrega y la abro, es un pijama de satén azul.
–Es nuevo – dice aclarando cualquier duda y sonríe.
–¿Me puedo duchar? – asiente.
En el baño observo que hay otra bolsa con ropa, saco un colgador es de los que tengo en mi vestidor, tenía todo preparado, sonrío.
Me quito la ropa y me meto a la ducha, me pierdo en el agua, me siento muy cansada, no lavo mi cabello, lo hare después, salgo y me pongo el pijama, es de una pieza, con encaje en los costados, dejando a la vista mis bragas, tiene la espalda descubierta y es corto, me miro en el espejo y me giro, alcanza a cubrir casi todo, trato de bajarlo, pero no lo logro, me cepillo los dientes y salgo del baño, las cortinas ya están cerradas, a pesar de la hora y que el sol está rodeándolo todo, su habitación se ve obscura, Max está sentado en el Futón con un libro, me meto a la cama antes de que me vea, Pita comienza a ladrar y Max levanta la vista, pero yo ya estoy cubierta con sus mantas, sonríe y se levanta, nuestras miradas se encuentran, me siento nerviosa, se levanta y camina hasta la cama, se mete dentro, me observa, está analizándome, no quiere hacerme sentir incomoda, o presionada, tampoco sabe como actuar, esto es nuevo para él, nunca a tenido que esperar, lo miro y le sonrío, no quiero que piense que me siento obligada o incomoda, porque no es así, quiero estar aquí, es solo que nose... aún no quiero... ósea, sí quiero, pero... no quiero equivocarme. Me acerco a él y le doy un beso, su cuerpo se tensa por un segundo y se relaja, me acomodo junto a él y me giro dándole la espalda.
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Tormenta de sombras [ LIBRO 1 ]
RomanceEmma vive con sombras a su alrededor en todo momento, tiene un gran dolor y culpa que invaden todo a su paso, pero todo parecer cambiar cuando Max Ricci aparece en su vida, aunque con esto comienzan diferentes situaciones que lo complicarán todo, u...