Coral salió corriendo de aquel local, no esperaba que sus vacaciones empezaran con tan mal pie, de sus ojos grises resbalaban lágrimas de dolor.
En la calle ,siendo medianoche, hacía una temperatura propia de principios de Julio. Cuando ya se había alejado lo suficiente, comenzó a caminar, o al menos lo intentó. Visualizó la playa a lo lejos y sin saber cómo ni porqué, sintió la necesidad de ir hacia allí. <<La ha besado.>> Caminaba descalza por la arena fría. <<Me ha estado engañando todo este tiempo.>>
"Mentiroso"
Un pie tras otro fue desfilando hacia la orilla, el vestido negro que llevaba, arrastraba la arena consigo hasta confundirse con el agua del mar que ahora le llegaba casi por las rodillas. La luna era la única que se atrevía a iluminar el lugar. Entonces escuchó el sonido de alguien corriendo hacia ella salpicándola de agua, no le dio tiempo a darse la vuelta. Notó que la cogían por el hombro y tiraban hacia detrás, gritó sollozando:
-Suéltame, ¡Suéltame! Eres un mentiroso.
Coral intentó librarse de aquellos brazos que la sacaban del agua y se cayó a la arena húmeda, ensuciándose de arriba abajo. Tenía todo el pelo en la cara, no podía ver quién era la persona que en ese momento se había agachado en frente suya. Una mano le apartó los oscuros mechones y dejó ver a un chico extraño con cara de preocupación.
-Are you right?
Tras un momento de silencio en el que Coral se hallaba tan confundida que ni su boca podía mediar palabra alguna, se rascó el brazo y lo intentó de nuevo.
-¿Estás bien?- Preguntó con un fuerte acento inglés.
-Sí...-Respondió ella. Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
El chico levantó el brazo que tenía apoyado en una de sus piernas flexionadas. Vestía una camiseta sin mangas blanca y un bañador hasta las rodillas. Limpió con sus dedos las lágrimas de la chica. Pupilas enormes, se miraron callados.
-Tienes una manera "raro" de estar bien.
Silencio de nuevo. Las olas rompían con suavidad, el cielo lucía precioso con todas aquellas estrellas observando desde arriba. Siempre había odiado estar llena de arena, le resultaba completamente desagradable, pero entonces no pareció importarle mucho.
-¿Cuál es tu nombre?
-Coral.
-Menos mal. -Rió con los ojos puestos en la arena- Si te llamaras Raquel habría sido un problema.Se le escapó una sonrisa, no sabía pronunciar la erre. La chica estaba avergonzada y un poco aturdida, no podía pensar con claridad y eso la anulaba. Se pasó las manos por los ojos, tenía el maquillaje de los ojos corrido por las mejillas.
-Alexander. Mucho gusto.
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Trocitos de mí
Historia Corta"Trocitos de mí" es una recolección de microrelatos, relatos sin terminar, reflexiones y escritos que emanan de mi alma, espero que os guste.