Mientras dormías (Jinx)

CAPÍTULO 5 (FINAL)

Lo último que recuerdo es que desperté somnoliento y con ganas de vomitar. Sentía dolor en la espalda y según lo que me dijo mi hyung empecé a moverme sobre la cama hasta que caí de esta cuando las piernas no me respondieron. Al volver en sí comencé a preguntar por Kim Dan, la enfermera novata y mi hyung se miraron entre sí confundidos y en el lapso de una semana me fue posible hablar como si nada.

Le conté todo a Namwook y a Yosep en una de sus visitas, les pedí que me ayudaran a comprender qué era lo que estaba pasando conmigo y ellos insistieron en decirme que para el mes de junio yo continuaba en coma y nunca me vieron dejar la cama o asistir a sesiones de rehabilitación, tampoco recordaban haber visto a Kim Dan.

Les confronté con lo que sabía, les dije que estaba al tanto de las hazañas de Yoon Gu, el cambio en la categoría de peso de Oh Daehyun y la sentencia que le habían dado a mi oponente extranjero por haber hecho trampa.

Me sentí el más estúpido del mundo ¿Cómo pude creer que ellos confiarían en mí?

Contrario a eso, se acercaron y me pidieron que me ahorrara los comentarios con el médico pues me podían transferir a psiquiatría si seguía con esa historia. Ellos estaban seguros de que todo lo que sabía era por las cosas que me contaban mientras dormía y yo me negué rotundamente, todo fue demasiado real y no veía la maldita hora de recuperar las fuerzas para volver a caminar e investigar por mi propia cuenta.

—Buenos días Jaekyung, soy la enfermera Na Heedo. Estaré con usted durante el turno de la noche— me quedé mirando la forma en que ella escribía su nombre en la pizarra. Su nombre no coincidía con ninguno de los que había memorizado y pese a no haberla visto nunca, todo lo que hacía, me resultaba familiar. Yo había vivido eso. Además, el médico a cargo de mí, era el doctor Han, no el doctor Shim como yo le recordaba, eran todo un montón de desconocidos, pero todo lo que hacían me lo sabía de memoria.

—¿Cuándo comenzaré con la rehabilitación? — le pregunté y ella me dedicó una sonrisa.

—El doctor ha pensado que sería bueno que gane usted un poco de peso.

—Tengo prisa enfermera, quiero caminar y estoy harto de la cama.

—Vamos, no sea impaciente— me apretó la mano y la alejé como un acto reflejo, me quedé mirando mi propia piel y deseé despertar, temía estar en medio de una pesadilla interminable y quería salir de ella lo más pronto posible.

—Escuche enfermera...

—Buenas noches ¿Cómo se siente hoy Jaekyung? — el médico entró interrumpiendo mi iniciativa, atacó con sus absurdas preguntas y yo parecía mirar todo desde alguna otra parte, sabía que me decía algo, pero no le prestaba atención.

—Doctor— corté su montón de recomendaciones para iniciar la rehabilitación y me aventuré a lo desconocido, decidí preguntar y sacarme de la cabeza la duda que me carcomía por dentro.

Quería ver a Kim Dan, necesitaba que alguien me dijera que estaba por ahí en alguna parte y que pronto vendría a verme para dar explicaciones de cómo fue que terminé medio loco y medio confundido.

—¿Pasa algo? — me lo planté más de tres veces, aferraba las sábanas entre mis manos y me asqueaba la idea de que hicieran que un psiquiatra visitara mi habitación.

—¿Hay algún enfermero de nombre Kim Dan en este hospital?

—No creo haber oído ese nombre antes— la respuesta me decepcionó.

Gracias a eso, tuve una maldita noche de insomnio y pensé en él, en Kim Dan. No podía hacerme a la idea de que mi mente hubiera sido capaz de crear todo eso.