"La manipulación muchas veces puede disfrazarse de amor al igual
que la ilusión, y aunque estos parezcan justificados por una experiencia
traumática de una que nunca quisimos experimentar"
A.M
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Viernes 22 de agosto del 2003. Ciudad de Arequipa.
El amor secreto de mi querido hermano, Chris.
Mi nombre es Kevin, tengo 5 años, pero el 21 de setiembre de este año, cumpliré 6 años. Vivo con mis padres en una pequeña casa de color blanco que, con el tiempo y el clima de la ciudad, se fue tiñendo de crema pastel, con pequeñas rayas curvilíneas que apenas se pueden distinguir de blanco o gris, rodeada de otras casas en igualdad de condiciones. Restringidas por metros y centímetros, por los cuales, cada dueño se arma de dientes, garras y palos por mantenerlos como suyos, y dispuestos a todo por impedir que algún ajeno, ponga pie en su terreno.
Sin embargo, antes de vivir en Arequipa, vivía en otro lugar, uno dónde se podía respirar aire limpio, se podían ver más árboles verdes, que carros en las calles, uno dónde los niños podíamos salir a jugar, sin tener miedo de perdernos, porque ya todos sabíamos cómo regresar a nuestras casas. Un lugar donde los animales y el verde de las plantas eran la riqueza de las personas, sean viejos, adultos o niños, y el aroma de las flores era el mejor perfume que podíamos distinguir, a diferencia de la ciudad, donde lo que mayor predominaba el hedor de los vehículos que pasan por las calles.
El día de hoy, mi padre se fue muy temprano y mi mamá no a dejado de moverse de un lugar a otro, llenando de cosas mi pequeña mochila. Es divertido verla hacerlo, porque parece un pequeño ratón escapando de un gato, pero también es molesto porque me lleva con ella a tirones, y cuando me di cuenta, ya estamos enfrente de una casita muy colorida.
─Hola, ¿Tú eres Kevin? ─ preguntó la profesora del nuevo jardín al que me había llevado mi mamá. Una mujer muy delgada, pero alegre rodeada de otros niños al igual que yo.
─Hijo, ¿No le responderás a la señorita? ─ exclamó mi madre, con una sonrisa, a la vez que me entregaba mi mochila, que al igual que yo, había sido víctima de los tirones de mi mamá.
─Hola, señorita. ¿Quién es usted? ─ respondí tratando de complacer a mi mamá, que me miraba con ojos ansiosos, como si estuviera a punto de correr nuevamente a otro lado.
─Yo soy María, y desde hoy seré tu nueva profesora ─ respondió a mi pregunta.
─Kevin, ella será tu nueva profesora ─ interrumpió mi madre, y después corto, pero notorio silencio, dijo─ Ella se encargará de cuidarte hasta que yo venga a recogerte. ¿Te parece bien? ─ preguntó con nerviosismo, mientras me tomaba de las manos, para luego despedirse de mí.
─Esta bien, mami ─ Eso es todo lo que pude decir, al ver la miranda de nerviosismo de mi madre.
Una vez que mi madre me soltó las manos, sabía que ella se iría y me sentí solo y nervioso, porque sabía que esta no iba a ser la única vez. Luego de eso, la profesora me llevó adentro y me presentó a mucho niños y niñas, y después de largas clases con la profesora María, salimos al recreo. Aunque al principio me fue difícil, logré hacer amigos gracias a una niña. Su nombre era Soffy, era muy pequeña a comparación mío, tenía una mirada brillante pese a ser tan pequeña, la cual era una de sus principales armas para hacer amigos. Finalizando el recreo, me enteré gracias a Carlitos, un niño menor y tímido, que ella era muy alegre, y que eso le había ayudado a ser amiga de todos en el jardín.
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El amor de mi querido hermano
Short StoryCuando mis padres me contaban sobre el primer amor, yo me imaginaba algo maravilloso. Sin embargo, nunca hubiera pensado que enamorarse sería tan peligroso, no sola para uno, sino para todos los que se vieran envueltos en su camino. Esta es solo la...