Capítulo 67.

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Intento consolar a Leti que sigue llorando por habernos olvidado del árbol. Sigo sentada en el suelo con la niña encima abrazada a mi.

Suena mi teléfono.

-Cariño, un momento-digo levantándome para coger mi móvil que está en la mesa.

Es Martina.

-Hola amor-dice ella.

-Hola amiga-respondo.

-¿Cómo estás?-me pregunta.

-Mmm...-Pienso en que responder antes de abrir la boca-Bueno, he estado mejor, pero ya sabes, lo superaré, como siempre.

-De eso no tengo duda. Te llamaba para preguntarte si mañana...-Hace una pausa-Sigue el plan de ir a cenar a vuestra casa por Nochebuena.

Mierda. Se me había olvidado por completo que mañana es Nochebuena. Con todo lo que ha pasado recientemente y los acontecimientos que hemos vivido todos, se me había olvidado por completo, aunque hayamos ido a comprar la decoración, que Nochebuena fuese mañana se me había olvidado.

-Venid, por favor, me hará falta una amiga mañana seguro, bueno y ahora, pero mañana más.

La puerta de casa se abre. Caleb entra con una caja de tamaño pequeño y veo un dibujo de un árbol de navidad en la caja.

-Luego...Te llamo Martina...

Cuelgo.

Parecerá una tontería y yo parece idiota, pero ver que Caleb ha ido a comprar el árbol de Navidad ha despertado en mí un poco de esperanza. No se porque, ese simple gesto me ha quitado un poco del enfado que tenía.

Caleb me mira y yo le miro a él. Los gritos de felicidad de Leti se oyen en toda la casa. Pero ahora mismo solo pienso en que Caleb se acaba de esforzar.

-Yo...-hace una pausa-No he encontrado otro más grande. Lo siento.

Le miro sorprendida y no puedo evitar sonreír.

-No importa, el año que viene compraremos uno más grande-digo.

Caleb abre los ojos. Tiene una sonrisa enorme y me mira sorprendido.

-¿Qué pasa?-le pregunto.

-Tú...Bueno, has dicho el año que viene.

-No entiendo.

Le miro extrañada sin saber a qué se refiere.

-Has dicho el año que viene, es solo eso, me gusta que hables de nosotros en un futuro.

No me había dado cuenta de la importancia de mi frase hasta que la he escuchado salir de su boca. Quizás cuando lo he dicho no tenía importancia, pero pensándolo, significa mucho más que una sola frase. Significa que de aquí a un año me veo pasando con el las Navidades. Significa que nos veo juntos en un futuro.

Sin pensarlo, ni querer hacerlo, me abalanzo sobre Caleb y quito el árbol de sus brazos para poder abrazarle. Le aprieto con fuerza, mientras una lágrima cae por mi mejilla. Él me acaricia el pelo y suspira fuerte.

-Te quiero Cloe, te quiero más que a mi vida-me susurra en el oído.

-Te quiero-digo en tono de voz muy bajo.

Leti nos llama la atención para que pongamos el árbol todos juntos.

Mientras que estamos sentados en el suelo hago un par de bromas poniendo en el cuello de Caleb las guirnaldas.

-Que guapo estás, te sienta muy bien.

Pone los ojos en blanco y me sonríe.

-Gracias-le digo moviendo los labios.

Al terminar, Leti pide que la lea un cuento mientras que Caleb prepara la cena. El día ha pasado muy rápido haciendo la decoración y viendo películas de Navidad que Leti ha elegido.

Podría acostumbrarme a esto. A esta rutina, a mi vida con ellos. Pero muy a mi pesar, con Caleb todo es una montaña rusa y nunca se sabe lo que puede pasar. Pero ojalá esto se quedase así y fuéramos felices siempre.

-La cena está lista, pastel de carne para las princesas de la casa-dice Caleb mientras sale por la cocina con la cena.

-¡Que buen cocinero tenemos en esta casa!-digo levantándome del sofá para ayudarle a poner la mesa.

Caleb me besa en la frente y yo le beso en la barbilla.

-Sois adorables-dice Leti.

Ambos nos reímos a la vez por la expresión que ha usado Leti para referirse a nosotros.

-Tu si que eres adorable-la dice Caleb.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora