𝑨𝒑𝒑𝒓𝒆𝒏𝒕𝒊𝒄𝒆 🥀 [2Yeon] G!p

35: "𝑳𝒊𝒏𝒅𝒂 𝑯𝒂𝒏𝒏𝒊"

La seria mujer omega atendía con sigilo cada documento firmado por ambas interesadas, antes de decidirse a agregar su propia firma y sello, como símbolo de acuerdo y compromiso de parte de ambas partes.

—Bueno, señora Nayeon —Buscó a Nayeon y luego a Jeongyeon —Las felicito, lo que están haciendo es un acto de solidaridad muy grande... —Comentó una de las empleadas del hogar, una vez las encontró esperando que se termine el papeleo, con gran ansiedad por llevarse a la pequeña Hanni a casa.

—Es un acto de amor, Lia, y ya te dije que no me llames señora, por favor. —Sonrió Nayeon hacia la joven omega quien aún estudiaba en la universidad y trabajaba de medio tiempo como su asistente.

—Tienes razón Nayeon, es un gran acto de amor, sobre todo el ofrecerte como madre. —Habló Jeongyeon, besando la mejilla de su amada esposa.

—Señora Yoo, ¿nos puede aclarar un dato aquí, por favor? —Le llamó la joven beta secretaria de desde donde se documentaba la adopción y Jeongyeon se acercó nerviosamente. La alfa podía imaginar el motivo.

—Claro, lo que sea necesario. —Tragó la pelicorta, al ver la expresión de confusión de la joven quien le mostró la planilla.

—¿Usted es de nacionalidad estadounidense? —Quiso confirmar la empleada y Nayeon se notó sorprendida ante el dato.

—Eh... sí, es correcto. —Musitó la alfa y Nayeon abrió la boca sorprendida ante ese dato.

—Disculpe señora. Entonces los datos están correctos. —dijo la joven con naturalidad y caminó hacia la sala para proseguir con su tarea.

Jeongyeon dudó al voltearse, pero cuando lo hizo se encontró a la joven asistente con los ojos en el computador quien podía sentir la inminente tensión entre ambas, y con su esposa muy sorprendida viendo en su dirección, supo que debía enfrentarlo sin más.

—Déjame explicarlo. —Suplicó al ver sus cejas fruncirse.

—Por supuesto que debes explicarlo, pero eso sucederá luego Jeongyeon. Ahora no es el momento para tocar ese asunto. —Asintió la omega omega pelimiel, dejando ir un largo suspiro y Jeongyeon se acercó rápidamente junto a ella.

—Lo siento. —Dijo con la voz baja y Nayeon la miró con seriedad. —Tienes razón, luego hablamos. —Aceptó bajando la mirada.

Jeongyeon sabía que se merecía el reproche que vendría, por no haber compartido esa información con ella. Nayeon se veía molesta.

Instantes luego, la pequeña Hanni venía de la mano de la profesional que les daría la salida.

—Ven aquí pequeña princesa. —Le dijo Jeongyeon, animada de volver a encontrarse con ella y la pequeña corrió en dirección de ambas.

—¡Jeongyeon unnie! —dijo la niña al refugiarse en sus largos brazos. La alfa no tardó en tomarla con su gran altura.

—Muchísimas gracias. —Agradeció Nayeon, hacia la mujer que se ocupaba de esa tarea en el hogar y la misma recibió la gratitud con una gran sonrisa.

Siempre era lindo ver a los cachorros irse con esa felicidad que solo les podía dar encontrar un hogar y una familia amorosa.

—¿Ya me puedo ir con ustedes? —preguntó la pequeña con entusiasmo y Nayeon asintió ante sus palabras.

—Claro que sí mi amor, ahora eres nuestra pequeña cachorrita y tienes que vivir con nosotras. —Sonrió la omega, ante su tierna emoción infantil. Ese suave aroma a jazmines las rodeó por completo, conforme la pequeña iba asimilando sus palabras.