Aquel ser que era conocido como él mismísimo rey de las maldiciones Ryomen Sukuna, aquel ser que solo podía encontrar diversión en las matanzas y destrucción.
pero incluso una maldición de clase especial como él tuvo que tener un pasado; un pasado...
Jejeje, todo se vale en la guerra y el amor- respondió Sukuna con una sonrisa traviesa al ver que una vez más se había salido con la suya, otra vez.
Aún así...- dijo Sanae limpiándose una lágrima de sus ojos para volver a hablar en tono serio- tu y yo tenemos mucho de que hablar, no creas que estás del todo a salvó.
Ah, me gusta eso de "solo tu y yo"- decía Sukuna acercandosé a ella, pero antes de decir algo más sintió como todo su cuerpo se entumeció, una sensación que conocía bien y que significaba algo que en este momento le desagradaba bastante- stk... Maldito mocoso, si que sabes interrumpir el momento- murmuraba con el ceño fruncido al sentir como Itadori estaba despertando y quería recuperar el control de su cuerpo.
¿Sucede algo?- pregunto Sanae al ver la reacción de Sukuna.
Me temo que este cuerpo tiene sus desventajas, él mocoso es más terco de lo que parece- dijo Sukuna con el ceño fruncido, luego miró a Sanae y su expresión cambio a una sonrisa traviesa- cariño me temo que te lo encargaré por un rato- dijo mientras sus marcas desaparecían indicando que devolvería el control del cuerpo- eso sí, te estaré observando, no lo olvides- guiñó su ojo antes de que sus ojos extra se cerrarán y sus marcas desaparecieran.
Lentamente los ojos volvieron a abrirse, está vez mostrando un par de ojos color ámbar junto a una mirada desconcertada.
¿Eh?- exclamó Itadori al recuperar la conciencia, sus ojos se abrieron de par en par cuando lo primero que vio al despertar fue el rostro de aquella mujer que había estado constantemente en sus sueños desde hace un tiempo-...¿Tú eres?...- dijo dando un paso al frente, pero al hacerlo sintió un dolor que lo obligó a bajar su vista observándo el gran hueco que tenía en su pecho-...como... ¿Otra vez?...- dijo confundido antes de que sus ojos se sintieron pesados y de pronto el mundo se puso en negro y perdió el conocimiento.
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¡Ah!... ¿Que acaba de pasar?- exclamó Sanae al ver cómo aquel chico se desplomaba frente a ella- hey, niño humano... ¿Estás bien?- pregunto ella moviendolo un poco para ver si reaccionaba- hey... No responde, espera un momento.
En ese momento rápidamente Sanae volteó su vista al corazón que seguía en el suelo, en eso su mirada se alterno entre él chico que seguía en el suelo y el corazón arrancado.
Espera...no me digas que...- murmuraba Sanae con un ligero ceño fruncido.
Mientras ella permanecía en silencio, a unos pocos metros de distancia los chicos del Jujutsu se encontraban observando toda la situación.
Oye, estás bie...- decía Nobara con intenciones de acercarse a la maldición de blanco, pero fue detenida cuando la mano de Megumi sujeto su hombro.
¿Que crees que estás haciendo?- dijo Fushiguro con seriedad, observándo con cautela a aquella maldición como si en cualquier momento fuera a atacarlos.
