Amor Y Sangre

Capítulo 8 "Mentiras y Confesiones"

-Osea, ¿Por qué una mordida? No sé, un beso sería lo normal.
-¿Quieres que te bese?
-Obvio no, solo digo que es lo común... Que fetiches más raros tienes.
Edgar se voltea, camina hacia el aula de donde Amy salió, ella lo sujeta.
-¡Ey! ¿A dónde vas? Pensé que habías venido por mí.
Él la mira fijamente.
-Si quieres que te ayude, solo vete.
-Okey...solo no hagas nada raro, y luego nos vemos en mi casa, queda cerca de...(otra descripción agobiante de Amy)
Edgar se agobia. No quiere ir allí, teme estar solo con ella.
-Mejor nos vemos en...
-Bueno, allí te espero, adiós -dice ella mientras corre hacia la salida.
Respira profundo, al final tendrá que ir a su casa.
Decide pasearse de un lado a otro, mientras espera a que todos se vallan. Era de tarde, se pregunta si vale la pena este teatro que se ha montado solo para morderla, cuando podría haberlo hecho hace tiempo...¿Qué tiene de especial? Ya no queda casi nadie, a excepción de Erick, sabe que se quedó asta tarde estudiando. Se acerca al salón de clases, empieza a temer que en la soledad pueda matarlo, aunque la verdad daría igual, siempre puede tener a Amy cuando quiera. Ya más cerca escucha la voz de una chica:
-¿No vas a contarme que te pasa?
Se alegra al saber que tendrán compañía.
Entra rápidamente fingiendo no haber visto a nadie, se sienta en una silla alejada a la de ellos, golpea la mesa. Erick y Victoria lo miran extraño, pero ella es capaz de reconocer al chico.
-¿Te pasa algo? Si buscas a Amy, no está aquí.
-Lo sé...terminamos.-responde fríamente.
Erick deja de estudiar y presta más atención al desconocido.
-Eso fue rápido, aunque bueno, me da igual, no la imagino con novio.-se burla Victoria.-Y bien, quién dejó a quién.
-Ella me dejó, de pronto se puso extraña, dijo se había dado cuenta de muchas cosas y solo se fue.
-Bueno que se joda esa perra.
-Tampoco es para que hables así de ella, seguro estaban pasando muchas cosas por su mente-interrumpe Erick algo furioso.
Sucede un minuto de silencio incómodo que es irrumpido por Victoria.
-Lo siento, pero no es para tanto, al parecer tu amiguita me tiene un mote bastante curioso.-dice ahora mirando a Edgar.-¿Puedes explicarnos que es eso de "la de los rellenos"?
-Ignoralo, ella habla mucho de muchas personas-responde inmediatamente con miedo de meter la pata.
-Tienes razón, además para mí ni existe, es más como una, "tabla"-ríe-Ya sabes, porque no habla y esas cosas.
El desconocido sonríe.
-Buen chiste de doble sentido-luego dice con sarcasmo-Pensé que eran amigas.
-Puedes contarme lo que ella habla de mí, obvio somos amigas.
Edgar intenta recordar el monólogo de Amy aquella noche.
-Emm dijo algo como, todo el mundo sabe que llevas rellenos, eres una zorra y... Mucho diálogo, imposible de recordar.
-Sí... Así es Amy-confirma Erick casi sin darse cuenta.
Victoria lo mira confusa.
-¿Tú qué sabes?
-Debe saber mucho, estuvieron juntos.-aclara el extraño.
La chica se sorprende, respira profundo.
-¿Por qué nunca me lo contaste?
-Dudo que te interesara, además fue algo sin importancia, fue hace tiempo, vivíamos juntos, lo hacíamos todo juntos, hasta que un día ella...Olvídenlo es una historia aburrida-confiesa el chico.
Victoria muestra desinterés, en el fondo solamente tiene curiosidad.
-Disculpa, ¿Cómo te llamabas?-dice al desconocido cambiando el tema.
-Pensé haberlo dicho, soy Edgar.
-¿Cómo conociste a Amy?-le pregunta Erick.
-Tropezamos una noche y al caer se puso a contar su vida, fue algo curioso,casi mágico, pensé que estaba loca, se acercó a mi cara, nuestras respiraciones se hicieron una, me preguntaba qué debía hacer, entonces dije ¿Q...quiero que salgas conmigo? Y me besó. Fin
Vic pone cara de decepción.
-¿Eso fue todo? Casi tan raro como ella.
Todos ríen.
-Si que es raro, peor que mi historia-dice Erick-Bueno, ya es tarde y van a cerrar la escuela, mejor nos vamos.
Todos están de acuerdo con la idea, se despiden.
La pareja va adelante, la chica tiene muchas preguntas sobre las historias de los jóvenes; el chico piensa en Amy, hay tantas cosas que desea preguntarle.
Edgar al salir recuerda que debe ir a casa de la loca, suspira.