Desde un lugar estratégico, un apuesto alfa contemplaba la escena con interés. Jungkook estaba allí para inspeccionar las instalaciones del estudio, parte de la reciente adquisición de su familia, los Jeon, quienes habían dejado este lugar bajo su supervisión. Pero su atención se desvió hacia una sala de baile. A través de una ventana, observó a un joven bailarín que se movía solo, con una gracia y sutileza que desafiaban la perfección.
Las luces del estudio rebotaban su cabello ondulado, quien era más delicado que cualquier otro en la sala. Cada mechón cobraba vida bajo la luz tenue, y sus ojos verdes, como gemas ocultas en la sombra, brillaban con una intensidad magnética. Para Jungkook, todo se ralentizó en ese momento, como si el universo conspirara para que solo existiera ese bailarín y nada más. La delicadeza de Taehyung contrastaba con su propia presencia dominante: Jungkook era todo músculo, fuerte y sólido, con su cabello azabache cayendo de manera desordenada, otorgándole un aire despreocupado pero intimidante. "¿Quién eres?", pensó, sintiendo el latido acelerado de su corazón.
El alfa no pudo apartar la mirada mientras de aquel chico que giraba, sus movimientos tan perfectos como una coreografía celeste. La diferencia en sus cuerpos era evidente. Mientras Taehyung parecía un cisne, ágil y refinado, Jungkook se sentía como un lobo acechante, fuerte y feroz. Una sonrisa involuntaria apareció en su rostro, el tipo de sonrisa que surge cuando alguien está viendo algo que no esperaba, algo fascinante.
Cuando el ensayo terminó, Jungkook sintió una necesidad imperiosa de acercarse. "¿Por qué me siento así?", se preguntó, frunciendo el ceño. Decidió esperar en el pasillo, apoyado en la pared con una pose calculada pero con el corazón latiendo a mil por hora. "No puedo parecer desesperado", se dijo, ajustando la ropa casual que resaltaba su figura musculosa.
El silencio en el pasillo se rompió solo por el eco de los pasos del bailarín, y entonces lo vio. Era omega. "¿Sus feromonas huelen a fresas?", se sorprendió Jungkook al sentir el embriagador aroma que lo envolvía, haciendo que sus propios nervios se activaran, como un instinto primitivo en respuesta a la presencia de un potencial compañero.
Aunque superaba por mucho al omega en estatura, la mirada de Taehyung era como una daga, fría y calculada, que lo atravesaba con una mezcla de desafío y desinterés. La atmósfera entre ambos cambió, cargada por las feromonas de ambos, casi como un campo de batalla invisible donde los instintos chocaban. Jungkook podía sentir cómo su propia feromona, con olor a chocolate puro, se desbordaba en el aire, una respuesta instintiva, una declaración silenciosa de su dominancia.
—Hola, soy Jeon Jungkook —dijo Jungkook, rompiendo el silencio y extendiendo la mano, aunque la frialdad en los ojos de Taehyung lo hizo dudar por un segundo. Sentía cómo su alfa interior despertaba, deseando algo más que una simple presentación.
Taehyung bajó la mirada hacia la mano extendida, sin moverse. Sus labios se curvaron apenas, pero no de una manera amistosa.
—¿Y? —respondió Taehyung, como si el gesto del alfa fuera insignificante.
Jungkook sonrió, aunque el nerviosismo le traicionaba. Sacó la mano rápidamente y la metió en sus bolsillos, intentando no parecer afectado.
—Solo quería decir que tu actuación fue impresionante —añadió, intentando recuperar el control de la situación, pero su voz revelaba más interés del que había planeado.
—Era solo un ensayo —respondió Taehyung, con un tono que insinuaba que aquello no tenía importancia. Sin embargo, sus ojos no se apartaban del alfa, examinándolo en silencio.
Jungkook sintió la presión de la mirada del omega. Había algo en él que lo mantenía al borde, como si cada palabra dicha pudiera inclinar la balanza.
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ENCHANTED | KOOKV
RomanceOMEGAVERSE | Jungkook llegó al estudio con la mente enfocada en los negocios, listo para inspeccionar las instalaciones del estudio, parte de la reciente adquisición de su familia, los Jeon, quienes habían dejado este lugar bajo su supervisión. Mien...