1. Clavel amarillo.

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Taehyung estaba sentado frente al espejo, una de las doncellas peinaban su cabello mientras qué otra adornaban sus rizos castaños con pequeñas piedras azules, la corona plateada sintiéndose pesada sobre su cabeza.

Odiaba todo lo ostentoso y frío de las trivialidades reales. Era la conmemoración del rey por su vigésimo año en el poder. Taehyung no sabe que hay que celebrar porque solo había pasado dos años de su vida con el hombre y fueron los veinticuatro meses más miserables, su única alegría era su pequeño hijo de 8 meses. Conoce que su bebé tal vez no fue creado con amor porque la diosa de la Luna sabe que Taehyung no ama a ese hombre, pero desde que su vientre empezó a crecer y sintió los primeros cambios en su vida, él ya sabía que ese pequeño cachorro por nacer iba a ser su todo en un futuro.

Y era la única razón por la cual no huía de aquel castillo.  Porque aquel rey cruel con el que se casó no permitiría que su único heredero se fuera de ese castillo y Taehyung no dejaría que se acercara a su cachorro para que HaYoon lo moldeara a su gusto.

Taehyung sabe lo que un mal padre podría causar. El era el sexto hijo de los reyes de Ver y el único omega en una familia de alfas y betas. Era más que obvio que no sería el príncipe heredero, incluso Taehyung no se sentía como uno, su educación fue la mínima para un príncipe y sus obligaciones no excedían a las necesarias, no le enseñaron a pelear ni a gobernar un reino. Eso no impidió al omega a memorizar a escondidas los libros de la biblioteca y a observar a sus hermanos mayores por la ventana de su cuarto cuando estos tenían practica con espada y arquería. Robando del establo un par de flechas y un arco. Al ser el menor y no ponerle la mayor vigilancia, Taehyung salía libremente de los límites del castillo y aprendió a cazar, tanto en forma humana como en su forma de lobo.

Así fue como encontró su pasión por la plantas. Cuando en una de sus salidas, se lastimó con una de las ramas de un grueso árbol en su forma de lobo por accidente y al no querer que sus padres se enteraran de sus escapadas, busco en su mochila su pequeño libro de herbologia y encontró la solución de su dolor en una pequeña planta de aspecto común. 

Taehyung sintió que por primera vez podía ser útil, pensó que al aprender sobre el uso de las plantas y hierbas podría ayudar a su pueblo en un futuro y vaya que sus padre encontraron su utilidad cinco años después. Cuando decidieron utilizarlo como moneda de cambio con el reino al otro lado de las montañas y crear una matrimonió arreglado.

HaYoon era veinte años mayor que el, un rey alfa que gobernaba el reino de Hiems, localizado en tres días de su antiguo hogar cruzando la montaña, donde los pastizales eran cubiertos por una capa gruesa de nieve y el clima helaba hasta los huesos al pobre príncipe omega nacido en un reino donde la temperatura calidad se daba todos los días del año, no importaba a qué parte viajaras del reino, las flores y pastos verdes te saludaban. En su reino actual apenas podía florecer algo y las plantas que aprendió que crecían por esos valles helados no eran lo suficiente para un invernadero ya que debía que caminar mucho para poder encontrarlas y el rey no quería que su actual esposo se dedicara a algo tan mundano como jugar con tierra.

En este castillo no era más que una cara bonita.

No puede olvidar que su familia lo había mandado a su muerte. Como una flor lista para marchitarse.

—Luna Taehyung, debe de escoger atuendo para la cena. Los sastres prepararon los mejores atuendos de Hiems para usted—habló una de las doncellas, Sana, llamando la atención del omega que se había perdido en sus pensamientos.

Taehyung agradece la distracción, notando que su olor empezaba a espesarse por la habitación. Taehyung respira hondo hasta que nota que el olor a rosas quemadas empezaron balancearse con un ligero subtono a miel, indicando que su estrés se disipó.

El lenguaje de las flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora