Arlette Chadwick es enviada por sus padres a un pueblo en Colorado para "recapacitar" sobre su mal comportamiento escolar.
~ My life with the Walter boys fanfiction ~
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Todos terminaban de arreglarse para la fiesta en The Lark. Arlette estaba junto a Parker quien solo veía como esta se arreglaba.
—Aguarda un minuto, iré con Katherine —dijo la mayor a la pequeña
Bajo las escaleras rápidamente como era de costumbre, con un broche plateado con forma de mariposa en su mano.
Llego a un lado de Katherine quien estaba en la cocina lavando unos platos
—Hola... ¿Crees que me puedas ayudar a ponérmelo? —pregunto la rubia extendiendo su mano dejando ver el broche
—¿Estas bromeando?, vivo con puros hombres y Parker no deja peinarse, es mi sueño —respondió sonriendo
Caminaron hasta el baño y quedaron frente al espejo, dejándo ver a la mayor con una sonrisa resplandeciente.
Movió cuidadosamente el cabello de la chica, y lo junto formando una media coleta, para después sujetarla con el broche
—Te vez muy linda Arley —menciono Katherine cuando estuvieron fuera del baño
La rubia sonrio al escuchar que la llamo por el apodo que le pusieron los chicos.
Llevaba puesto unos pantalones acampanados negros, junto a una camiseta ajustada a la cintura de color rojo vino y una chaqueta de cuero negra para el frío
—Muchas gracias, tu también luces muy guapa —le respondió con una sonrisa— subiré a terminar de arreglarme
Llego arriba, pero antes de entrar a la habitación, paso antes por el baño, el cual estaba ocupado, por lo que tuvo que esperar afuera.
Después de unos minutos la puerta se abrió, dejando ver a Isaac, el cual, estaba vestido igual que ella.
Se miraron de arriba abajo por unos segundos, con cara de sorpresa
—Yo no me cambiare —dijeron al mismo tiempo
Resoplaron y siguieron en silencio unos segundos, negándose al hecho de que alguno de los dos tendría que cambiarse
—Yo no me voy a cambiar, pase mucho tiempo buscando algo que me quedara bien —la rubia siguió aferrándose a su idea de no cambiarse de ropa
—Pero a ti todo te queda bien, no veo el problema, a demás, ¿tu crees que alguien se de cuenta que vamos muy parecidos? —dijo en tono relajado
Arlette pensó unos segundos —Mmm, esta bien, entonces seremos gemelas
El pelinegro le regalo una sonrisa, lo que le hizo sentir cosas rarasa la rubia. Desde hace unos días, cada vez que hablaba con el pelinegro se sentía diferente, algo en su estómago la acompañaba, ni ella misma sabía bien como se sentía. Trataba de negarse a si misma el hecho de que cada vez Isaac le parecía más lindo, estaba simplemente confundida.
