"¡Hola estrellitas! Lo prometido es deuda así que este capítulo tiene dedicatoria para la ganadora de mi encuesta y que además es una lectora muy especial @Mariangel Bonet ✨ Gracias linda por tu dedicación con la historia"
— Cálmate — No para de decir una y otra vez James ahora tal vez un poco desesperado por mi actitud.
— JODER, QUE NO PUEDO. QUE TENGO UN PUÑETERO EN LA CABEZA Y ES UNA MIERDA.
— No me grites Felipe, me iré si vuelves a hacerlo, te entiendo, veo que debe tener muy buenos trucos bajo la ropa porque estás hecho un saco de nada ahora mismo y todo por ella.
«Maldito, se refiere a Lana»
Lanzo la mirada más determinante que pude encontrar y parece que logro lo que quería porque hace un gesto de callarse la boca y agradezco.
— Mejor así — Digo — Si de tu boca solo saldrán estupideces, mejor cállate y si, vete, luego nos vemos.
El trigueño parece algo sorprendido con lo que acabo de decir pero parece entender y solo asiente antes de volver a hablar.
— Si, mejor. Nos vemos en la empresa, cuando hayas solucionado lo que sea que haya que solucionar.
Suelto un bufido de frustración cuando por fin sale y cierra la puerta del auto.
Llevábamos casi 20 minutos en el mismo tema.
Se supone que no tengo amigos y en estás últimas semanas he conocido mejor a James, parece buen tipo y nos llevamos bien. Hasta ahora, es el único que conoce mi historia con Lana y solo ciertas partes de importancia.
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Ya estoy en la empresa y aunque no me siento en el mejor momento para trabajar, debo hacerlo.
No entiendo por qué me veo tan afectado, James dice que está claro que es por Lana y es probable pero justamente es eso lo que no entiendo, no debería estar así. Precisamente yo me entrené para no caer así, para no dejarme engatuzar por una mujer y aquí estoy convertido en nada.
— Buenos días señor — Me saluda Susan.
— Buenos días, voy a necesitar el archivo del último pedido, del que me encargué yo mismo.
— Ahora mismo se lo llevo.
Al parecer el señor Andrade quedó convencido de la calidad de nuestros vinos porque realizó un segundo pedido pero fué muy específico con que vendría el mismo a buscar el cargamento.
Me encargaría yo pero no podré, en esta última semana, todo ha sido algo caótico y hay mucho trabajo pendiente, así que James aseguró encargarse personalmente.
Cuando voy de camino a mi oficina a esperar los papeles que Susan llevará, sucede lo que quería evitar. Lana.
Viene tan deprisa que supongo que ni me ha visto, trae el cabello suelto y aunque se ve muy bien, como siempre, se nota que no ha dormido bien, lo evidencian las pequeñas marcas más oscuras bajo sus ojos.
Me quedo en mi lugar esperando que pase porque de hecho viene exacto en mi dirección y ¡boom! Choca contra mi cuerpo, levanta la mirada, nuestros ojos se encuentran pero los suyos están cargados de una rabia que no me gusta y justo cuando pienso que se disculpará, se limita a apartar su mirada y continuar su camino.
Supongo que podría dejarla pasar y ya está, a fin de cuentas la estaba observando así que sé que fue sin intención pero desde luego que no fue lo que hice.
La sujeté del brazo antes de que esté más lejos y la traje de vuelta a dónde estaba hace unos segundos.
— ¿Que haces? ¿Se te ha ido la cabeza? — Se veía furiosa.
— No pero supongo que a ti si. Soy tu jefe, no puedes pretender hacer lo que hiciste y simplemente salir como si nada sin al menos una disculpa antes.
