¿ Hablar con él ?

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Claire

Recorro el caminito que lleva hasta la casa de fachada blanca y tejas rojizas que tengo enfrente con un sentimiento melancólico aposentado en mi estómago. Hace años que no vengo hasta aquí. Fue hace tres navidades y, desde entonces, he buscado mil excusas para no volver. Aunque parezca increíble, hace prácticamente tres años que no veo a mi madre.

Me detengo frente a la puerta de color rojo de la entrada tras subir los escalones del porche con el corazón bombeando fuerte dentro de mi pecho. Mamá vive en un pueblo pequeño cerca de Harford, en Connecticut. Es el lugar que eligió para reconstruir su vida y crear su nuevo hogar. Fue aquí donde conoció a Martin, su actual pareja, un hombre sencillo al que apenas conozco pero que me transmitió serenidad y confianza la primera vez que lo vi.

Tardo una eternidad en decidirme a llamar a timbre. De hecho, he llegado al pueblo hace horas pero me ha costado mucho reunir el valor suficiente para venir hasta aquí. Supongo que por eso cuando la puerta se abre y mamá aparece al otro lado, mis extremidades se convierten en gelatina. A pesar de que sigue siendo la persona de siempre, puedo ver como los tres años que han pasado desde la última vez que nos vimos han hecho mella en ella. Está más delgada, tiene más canas y las arrugas alrededor de sus ojos y frente se han acentuado, lo que me hace pensar que debe haber fruncido mucho el ceño desde entonces.

Al verme, sus ojos se abren desmesuradamente. Parece conmocionada y tarda unos segundos en recuperarse de la sorpresa.

—Claire, ¿qué... qué haces aquí? —Puedo ver como sus manos, que en este momento están apoyadas sobre el marco de madera de la puerta, tiemblan.

—Necesitaba hablar contigo. ¿Puedo pasar?


Ella asiente y veo algo relampaguear dentro de sus iris. Una chispa de ilusión que enciende su mirada y le da un brillo especial. Con una pequeña sonrisa, me acompaña hasta el salón donde la chimenea está encendida aportando calor al espacio. Me siento en el sofá, me pide que espere y aparece unos minutos después con una bandeja llena de café y pastas. Yo acepto la taza que me tiende, y vierto un poco de leche y azúcar en su interior. Ella se sienta en el sofá que hay frente al mío y durante unos minutos algo incómodos ninguna de nosotras dice nada. Es ella la encargada de romper el hielo.

—Hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Yo asiento tras dar un sorbo a mi café.

—Sí, lo siento. He... estado muy ocupada.

—Tranquila, sé que tienes un trabajo importante —dice con una pequeña sonrisa que no le llega a los ojos.

En realidad el trabajo solo ha sido una excusa, ambas lo sabemos, y es tan obvio lo incómodas que nos sentimos hacia esa realidad que decido cambiar de tema:

—¿Cómo está Martin?

Ella arquea ligeramente el ceño antes de responder:

—Ya no estamos juntos. Rompimos la relación el año pasado, ¿no te lo dije? —Niego con un movimiento de cabeza y ella añade—: Era un buen hombre, pero no sentía por él nada más que cariño, así que decidí dejarlo. Hubiera sido fácil seguir a su lado, me hacía sentir bien, pero él se merecía encontrar a alguien que le quisiera de verdad, no a alguien que simplemente se conformara.

Entre Leyes  y Suspiros (Libro 2: Saga Vínculos Legales) (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora