La emperatriz Bai Yueguang ha caído en desgracia.

CAPÍTULO 39

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Jiang Xuan imaginó innumerables escenarios de "luchar contra él" ¡Cuanto más pensaba en ello, más enojado se ponía y más valiente se volvía! Simplemente se arremangó con enojo, frunció el ceño con enojo y luego...se sobresaltó.

¿Por qué no entró?

Están todos frente a la ventana. Solo hace falta un ligero puñetazo para romper la madera podrida superficial. Si quiere ser más elegante, puede abrir la puerta de al lado y entrar. En resumen, no le llevará el Noble Emperador por un momento, pero... realmente no entró.

Pero él tampoco se fue.

Los relámpagos brillaron, los truenos rugieron y se levantaron fuertes vientos. Por el rabillo del ojo, vio claramente un trozo de ropa volando fuera del papel de la ventana, y escuchó claramente el familiar sonido de respiración que se volvía más pesado y rápido.

Permaneció inmóvil, sin atreverse siquiera a respirar, por temor a que cualquier pequeño cambio rompiera el punto muerto.

Xiao Shan'er estaba inmóvil y no se atrevía a respirar, estaba aún más confundido y le preguntó a su padre con sus grandes ojos: ¿qué pasa? ¿Dónde está Ji Ke? ¿Qué estamos esperando ahora?.

Jiang Xuan frunció el ceño y sacudió la cabeza, indicándole a Shan'er que no se preocupara, pero no podía calmarse. Su corazón latía con fuerza y ​​estaba a punto de saltar. Por impulso, casi quiso luchar hasta la muerte con Ji Ke, pero justo en ese momento, el trozo de ropa fuera del cristal de la ventana ......

Ya no está.

El fuerte viento sigue ahí, pero la ropa ya no está.

No podía creerlo, y entonces, los pasos aterradores volvieron a sonar en medio del crujido de la lluvia.

Pero esta vez los pasos eran muy lentos y se alejaban cada vez más.

......¿se fue?.

Después de perseguirlo durante mucho tiempo, finalmente lo atrapó, lo puso a su alcance y luego se fue.

Jiang Xuan sospechaba que había entendido mal, pero Xiao Shan'er también quiso decir lo mismo.

Xiao Shan'er era incluso más atrevido que él. Después de ser completamente incapaz de escuchar ningún sonido excepto el viento, la lluvia, los truenos y los relámpagos, corrió para abrir un poco la puerta y asomó la cabeza.

"¡Papá! Realmente no hay nada". Xiao Shan'er se dio la vuelta con gran alegría.

Jiang Xuan lo siguió y extendió la mano, la puerta de madera se abrió de par en par y el patio quedó vacío.

"¡El chico malo Ji Ke se ha ido! No nos arrestará, ¿verdad?", preguntó felizmente Xiao Shan'er. Para ser honesto, aunque estaba asustado en ese momento, tal aventura también lo emocionó.

Jiang Xuan no es tan optimista como un niño, es bueno que Ji Ke se haya ido de repente, pero ¿quién sabe el motivo? Todavía tienen que seguir huyendo.

Rápidamente se llevó a Shan'er, quien estuvo muy nervioso en el camino y mantuvo un ojo furtivo en todo por temor a que lo siguieran.

Al regresar a la mansión de Zhou Shi, vio a He Ye, que había estado cuidando a Xiao Shan'er recientemente, y dijo: "Tenemos que irnos. Sucedió algo inesperado y no puedo despedirme del Sr. Zhou. Por favor, dile que gracias por cuidarnos estos días y nos veremos de nuevo en los próximos días".