18 - Pasado pisado

633 103 24
                                    

Después de un largo día de trabajo, o mejor dicho después de uno de los peores días trabajados, un agotado Park Jimin dejó que su vecino y colega, Jungkook, le preparara un té mientras se relajaban en el departamento de éste último.

— ¿Y al final no encontraste a Yoongi por ningún lado hoy? — preguntó el pelinegro. — Yo no lo he visto.

— No. Creo que ni fue a trabajar hoy. No le da el coraje para verme a los ojos —  suspiró Jimin. — Pero no lo busqué como debería en realidad. Estuve más bien ocupado tratando de que mis compañeros me dirijan la palabra. Sin suerte, claro. Todo es un desastre ahora.

La jornada de trabajo había sido difícil, entre los chismes y miradas críticas de los estudiantes. Pudo dar sus clases, nadie lo molestó, pero esa era la cosa. No le habían dado problemas, porque nadie quería acercársele ni siquiera para discutir. El profesor de Biología ya no sabía que era peor. Y como si eso no fuese poco, ahora sus compañeros de trabajo tampoco le hablaban.

Ya el chisme de que era un mentiroso se había corrido por toda la sala de profesores, y la mayoría no estaba feliz al respecto, sobre todo Taehyung y Jihyo, con los que más cercano se había vuelto. Eran los que más dolidos se sentían.

Y la verdad Jimin no podía culparlos, había tenido muchas oportunidades para decirles quien era en realidad y no lo había hecho.

— Son unos idiotas. Y se los dije en la cara — comentó Jungkook. 

— Oye, no quiero que te andes peleando por mi culpa.

— Que conste que les vengo diciendo lo que pienso desde mucho antes que tú llegaras.

Jimin le sonrió. Jungkook había sido muy buen colega aquel día haciéndole compañía. 

— De todas maneras, algunos como San, Wooyoung y Mingyu no están molestos contigo — intentó animarlo Jungkook. — Y a los demás, ya lo olvidarán. Ya vas a ver.

— Pero es que no me gusta cómo me ven ahora. Como si yo los despreciara o me creyera mejor que ellos, cuando no es así. Ya no sé cómo pedirles disculpas — se lamentó el rubio.

— Bueno, ahora olvídate de eso. Mejor pensemos en algo para vengarnos de Jay — propuso Jungkook con una mirada divertida. 

— Oye, no. Basta de venganzas. Esto no está funcionando.

— Pero se lo merece. Le advertí que no se metiera contigo.

— No importa. Yo lo ataco, él me ataca. Es un nunca acabar. Es ridículo. Además…la manera en la que me miró hoy cuando discutimos. No sé, me sentí mal por él. Creo que dije algo que realmente le dolió. 

— Pues mejor.

— Ya, no seas así. Estoy hablando en serio. Yo no quiero lastimar a nadie — declaró preocupado. — Ese niño necesita ayuda de verdad.

— Ay, eres demasiado piadoso con ese chico, muñeco —  Jungkook le llevó el té a su colega y se sentó frente a él. — ¿Qué hay con los que te lastiman a ti, eh? Has sufrido mucho y aún así tienes tiempo y ganas para preocuparte por estos mocosos. 

— Ellos también sufren, solo que no lo demuestran o fingen ser duros para que nadie los moleste. Algo así fue lo que pasó en Seúl con mi alumno — contó Jimin. El mayor lo miró atento. Su compañero le había dicho que le contaría todo en casa más tarde y al parecer ya se sentía listo para hablar.

— ¿Ese chico era como Jay y por eso intentaste ayudarlo? — quiso saber.

— No, nada que ver. Suno era un amor. Uno de los chicos más dulces de toda mi clase, y hasta de la escuela diría. Por eso mismo…a veces lo molestaban, ya sabes — explicó Jimin. — Te puedes imaginar las cosas que le decían los otros varones al ser un chico tan delicado y sensible. 

La teoría del amor - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora