Capítulo 12

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Allí estaba Choi Jisoo, en medio de un avión privado, volando hacia un rumbo desconocido, y siendo totalmente observada por los pasajeros. Quería gritar, llorar, y volver a aquella habitación a dormir junto a Jennie, pero no, seguían en aquel vuelo.

Desde su lugar, tenía visión a los demás asientos del avión. Por un lado, estaban omegas y betas. Por el otro, bastantes alfas de aspecto intimidante, y por último, los rostros conocidos. Las únicas personas que no estaban fulminándola con la mirada, eran los padres de Jennie. Ellos le habían sonreído alegremente, y a pesar de no haber cruzado palabras, Jisoo podía sentirse ligeramente respaldada por ellos.

Frente a su asiento en el avión, estaba Rosé, junto a Yeri. La omega ni siquiera se había inmutado por su presencia. Pintaba un paisaje bastante interesante, pero Rosé, no le había quitado los ojos de encima.

Y luego estaba ella. Kim Jennie. La misma alfa que era conocida por todas las personas externas e internas, como calculadora, brillante, audaz y lógica, siendo guiada completamente por sus sentimientos por aquella omega de cabello negro.

Estaba más que hundida.

Sus manos no se habían soltado en ningún momento. No tenían la capacidad física para hacerlo. La necesidad de contacto entre ambas era más que inhumana.

El vuelo parecía ser eterno. Entre muchos periodos, los pasajeros se dedicaron a dormir, comer y volver a dormir. Cuando aterrizaron en aquella cuidad, la luz parecía ser totalmente insoportable. El cambio de horario había afectado a todo el mundo, pero debían acostumbrarse.

Había un escuadrón completo en el aeropuerto privado en el que había acabado el avión. Jisoo y Jennie subieron a un vehículo, junto con Yeri.

La omega intentó adivinar el lugar al que se dirigían, pero estaba siendo una tarea demasiado complicada. No había logrado dormir en muchísimas horas, y de la ansiedad, su organismo le impidió alimentarse. Era un desastre de pies a cabeza.

—¿Dónde... Dónde estamos?

—Barcelona. ¿Habías venido?

—No. Claro que no. Con suerte tengo dinero para utilizar un taxi.

—Es una linda ciudad. Si quieres, pueden mostrarte parte de ella. ¿Bueno?

—Creo que dormiré una eternidad.

—Yo también. Tengo tanto sueño. Los alfas son espantosos. ¿Acaso todos roncan? ¿Jennie también ronca así? Pobre de tus oídos que tienen que soportarla. Pobre de ti que tienes que soportarla.

—No la he escuchado —respondió a la pregunta de la pequeña con una sonrisa en su rostro— ¿Roncas?

—No lo creo. Y yo también tengo sueño. Desearía dormir en estos momentos.

—¿Saben que más tengo? Hambre. Tengo tanta hambre, que me comería una olla completa. Comería como desquiciada. No siempre se tienen platillos deliciosos. Amo la comida de este país. Espero que al menos me dejes comer.

—No lo creo. Tenemos que irnos de inmediato. Tienes una hora para comer. No creo que te alcance. Voy a tomar una ducha, y ya. Ni siquiera podré comer.

La conversación entre Yeri y Jennie se desarrolló entre los tópicos de comer y dormir. No hablaban de absolutamente nada más. Al menos, eso dejaba un poco tranquila a la omega. No había nada de qué preocuparse.

El hotel al que llegaron era espectacular, y lo mejor de todo, es que estaba prácticamente frente al mar Mediterráneo. Jisoo no podía más de la impresión, hasta que ingresó a la habitación. Era espaciosa, lujosa y moderna. De colores neutrales, y una cama enorme. El baño tenía una vista espectacular hacia el mar.

INFILTRADA - JENSOO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora