⤷ Ten !! ₊˚⊹

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"En el amor siempre hay algo de locura, más en la locura siempre hay algo de razón". - Friedrich Nietzsche.

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Al soltar su mano sintió un vacío, un frío que invadió la misma. Solo ella podía hacerlo sentir completo, hacerlo feliz.

- Bueno, Seon, tú vendrás con nosotros.- Esas palabras lo sacaron de sí. ¿Ir con ellos? No.

- Tengo que ir a alimentar a mis gatos.- No tenía ninguna mascota realmente.

- Te acompaño, entonces. ¿Te vas ahora?- Ofreció Jay. Estaba demasiado insistente porque quería incluirlo en alguna parte. Lo veía tan solitario y no le agradaba eso, siempre lo cuidaba como a un hermano menor.

Sunoo suspiró.- ¿A qué se debe el buscarme tanto el día de hoy? Hubieron mejores momentos para hacerlo. Tengo muchos quehaceres aún y no quiero que se me junten. Tal vez otro día será.- Dijo eso para no sonar muy descortés, pero lo estaba hartando. Hizo una pequeña reverencia, y se fue, pero no sin antes otorgarle una última mirada a Aine. Ella también lo miró, le sonrió y lo saludó con la mano.

Y eso a él le encantó. No pudo evitar sentir el querer de tirarse encima de ella, abrazarla, besarla, sentir que solo era de su pertenencia.

                         (...)

Sunoo llegó a su casa. Se sentía.. raro. Puso su mochila en el colgante de la pared. Comenzó a caminar a paso apurado (casi corriendo) por los pasillos de su departamento hasta eventualmente dejar de hacerlo y entrar a su habitación. Se tiró en la cama y comenzó a patalear de la emoción y soltaba pequeños sonidos por el mismo. Podría decirse que hasta temblaba por aquellos sentimientos que lo invadían. Hace tanto no sentía esa felicidad tan genuina.

La amaba tanto. Tanto que, si ella le pidiese que se arrancara el corazón y se lo entregara en sus manos, él lo haría sin dudarlo.

Duró así unos momentos hasta que respiró hondo y trató de calmar sus latidos. Se levantó para tomar una camisa y una foto que había sacado de la casa de la castaña en alguna ocasión ''irrelevante''. Comenzó a mirarla y examinarla, como si no lo hubiera hecho incontables veces antes. Trazaba su contorno por sobre el vidrio. En la foto no estaba únicamente ella, estaba su familia. En algún momento él pensó en arrancarlos de la foto solo para dejarla a ella, pero los dejó ahí por ¿Respeto?, ni siquiera él sabía por qué no los arrancó todavía, ciertamente en el fondo le gustaba verla feliz con su familia, pero también quería que solo se viera feliz con él. Era solo un pequeño dilema que tenía. Aunque había algo en esa foto que le dejaba un sabor amargo en la boca por fuera de Aine y de su pequeño hermano. Faltaba algo. O más bien, alguien, pero no iba a ponerse a pensar en eso ahora.

Tomó la camisa y comenzó a olerla. Aún no se borraba el perfume de la chica. La puso por una de sus almohadas, abrazándola mientras imaginaba que era ella. La ensoñación excesiva que tenía le daba esa total libertad de recrear sus más profundos, también románticos, escenarios con la joven, aunque dicho sea de paso, sus fantasías y algunas picardías más tampoco quedaban atrás.

Al cabo de un rato decidió tomar una siesta, no tenía ni sentía las ganas de pensar cosas más allá que incluyan un descontrol en cuanto a hormonas. Aunque a veces tenía algún que otro ''subidón'' de imaginación, jamás había hecho algo indebido en ese sentido pensando en ella, y deseaba que se quedara así hasta que por fin estén juntos, cuando ella oficialmente note que aquel chico era completamente suyo y que ella también era de él.

Se acomodó entre las sábanas y cerró los ojos. De sus labios se escapó un ''Te amo..'' sin respuesta. El ambiente era frío y melancólico. Sentía como comenzaba a lagrimear al saber que su única fuente de felicidad probablemente lo odiaba. Que probablemente jamás escucharía ese ''Yo te amo más'' por parte de ella. Que él daría todo; su vida, sus pertenencias, perdería su dignidad y sacrificaría su propio bienestar, o lo que le queda de este, solo por verla feliz.

Quería que ella fuera su familia. La madre de sus futuros hijos. Su compañera de vida. Ese alguien con quien compartiría su amor mutuamente. A su lado, sabría que hasta su sueño más inmaduro podría hacerse realidad. Ella era su único amor, y no había nada más allá que solo su persona para él.

Al final, sí terminó llorando aunque no quisiese. Porque sabía que por más lo deteste, y quiera salir de ese agujero tan profundo donde se metió, recaería en él porque no era una persona cuerda de sí.

Las lágrimas comenzaron a mojar todo su rostro, la tristeza que sentía era tan inigualable a ninguna otra que deseaba irse de su casa, ver a Aine y hablar con ella. Pero por supuesto que no era así de fácil. Ahora que se metió en ese maldito problema por sus acciones, debía sobrellevarlo. Y si algún día se da la casualidad de estar junto a su amor, viviría con la carga de haber hecho lo que hizo, sabiendo que si se entera, ella ya no lo vería igual y todo lo que habría soñado se iría a la mierda. El pelinegro era consciente por momentos de lo que hacía. Sabía que estaba mal, que necesitaba ayuda. No sabe que transtorno tendrá, o que problemas son los que lo hacen actuar así, pero necesitaba parar, y lo más antes posible, porque sabía que ella podría amar a Seon-woo, pero siempre odiará a Sunoo por el infierno que la hizo vivir.

A veces pensaba que ella es su única salvadora, la que lo hace poner sus pies en la tierra pero también vivir en el cielo y tocar las estrellas. Sabría que la fémina iba a ser capaz de ayudarlo.

''¿Ella sería capaz de entenderme?'' Pensó. Sentía esa esperanza de que podría solucionarse. Pero no debía abusar de la hospitalidad de una persona. Sabe que cruzó una línea que no debía.

En algún momento deberá afrontar las consecuencias que lo persiguen por sus actos, pero le daba miedo, ¿Y si aquello que vendrá a cobrar el valor de todo lo que hizo, llega en el momento en el que él por fin pudo ser feliz? 

Sentía que había una inmensa nube negra que tenía la oportunidad de atraparlo y llevárselo con él, dejándolo en el olvido, hundido en la oscuridad. No le temía al rechazo ajeno, pero esa ''nube'' incluía lo que más lo aterraba, el desprecio de quien amaba. Eso lo destruía y hacía pedazos.

No cabe lugar ni palabras que terminen de explicar aquel calvario que vivía dentro de la cabeza del chico. Día a día.


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"Lo que se hace por amor, está más allá del bien y del mal". - Friedrich Nietzsche.

꒰⊱¿𝑂𝑏𝑠𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛 𝑜𝑟 𝐿𝑜𝑣𝑒?  ༘ -𝐊𝚒𝙢  𝐒ᴜɳ𝚘𝙤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora