ORÍGENES

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Mi familia estaba rota, mi padre era un alcohólico agresivo que golpeaba siempre a mi madre y siempre peleaban por lo que yo creía era mi culpa, puesto que él siempre decía que era un error y que no servía para nada.

A los 8 años, mi padre volvió a altas horas de la noche borracho como de costumbre pero mucho más cabreado, mi madre intentó tranquilizarlo pero él con un golpe en la cabeza la mató. Yo estaba asomada por la puerta de mi habitación viéndolo todo y, como mi padre pensó que me había quedado en casa de una amiga, como iba a hacer en un principio, se fué, dejando a mi madre muerta.

Cuando se fue, me acerqué al cuerpo inerte de la que fue mi madre intentando despertarla, al no conseguirlo, entre lágrimas sostuve su collar y me lo puse, puesto que ella siempre me decía que el collar era de mi pertenencia y que cuando tuviera la edad suficiente me lo daría, lamentablemente no pudo ser así...

A los 15 años volvía a casa de un largo día de estudio por un callejón como normalmente, pero ese día me encontré con un hombre intentando abusar de una mujer. Enfurecida por tal atrocidad, le grité para que parara y dejara en paz a la mujer. Cuando dicho hombre se giró lo reconocí de inmediato, era mi padre.

Padre: Hola cariño, ¿cómo está tu madre? -dijo en tono burlesco y con una sonrisa socarrona en su rostro-

Lo miré con odio, no podía creer que eso fuera lo primero que me dijera al verme después de lo que pasó años atrás. Sin darme cuenta, mi collar empezó a iluminarse y mis ojos, que originalmente son marrones, empezaron a ponerse violetas, de repente una especie de sombra extraña salió de mí rompiéndole el cuello.

No sabía cómo sentirme, estaba conmocionada por el suceso que acababa de vivir, no sabía que podía hacer eso y ni lo que era pero a la vez, no me sentí mal, no me dio lastima su muerte, solo me quede ahí, observando su cuerpo inerte extendido a lo largo del suelo, con el cuello quebrado, quería asegurarme de que fuera cierto lo que veían mis ojos. Después de un rato me levanté y seguí mi camino, rumbo a casa, como si nada de esto hubiera pasado...

ELARIANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora