Se pasaron semanas encerrados en el nido, siendo alimentados por diferentes platillos que Seungmin se encargaba de dejar meticulosamente detrás de la puerta. Sin embargo, ya era hora de que alguno fuera a dar explicaciones del porqué no habían concurrido al trabajo durante tanto tiempo. Hyunjin sería el indicado para ir a hablar a la central, mientras que Felix todavía necesitaba un poco más de tiempo sin aromas desconocidos a su alrededor.
— Alfa, ¿podrías decirle a Seungmin y Minho que vengan? — Felix le preguntó.
El omega estaba un poco mejor, había tomado terapia telefónica con su psicóloga y en cierto punto había servido, pero todavía se sentía como si un camión lo hubiese atropellado. Por supuesto que Hyunjin no se quedaba atrás, anhelaba tener cachorros, pero estaba seguro que el tiempo lo curaría todo.
— Claro que sí, dulce, no me gustaría que te quedaras solo. No voy a tardar — Hyunjin besó sus labios y lo marcó con su aroma antes de irse.
Felix se quedó hecho una bolita debajo de todas las mantas que su alfa había añadido al nido. Se sentía vacío, cómo si una pequeña parte de su ser hubiese sido arrancada a lo bestia, dejándole un hueco imposible de llenar.
Nunca soñó con ser madre, con su naturaleza dormida no lo sintió como un deseo palpable, pero ahora que tenía todo el amor que siempre mereció y a su lobo despierto, añoraba pequeños cachorritos corriendo por doquier.
Su lobo se la pasaba gimoteando desconsolado en su interior, y esta vez no podía hacer nada por él.
Lloró un poco más, inundándose del aroma que Hyunjin había dejado a su paso. Ni siquiera escuchó cuando la puerta del departamento se abrió y posteriormente la de su habitación.
El aroma del embarazo de Minho lo hizo sollozar incluso más duro. El podría haber olido igual.
— Lix... ¿qué fue lo que sucedió? — Seungmin fue el primero en hablar.
La atmósfera era tan melancólica que el omega más pequeño solo podía pensar en consolar al de su misma casta. De igual forma, los instintos maternales de Minho empezaban a hacer acto de presencia, queriendo correr y abrazar al omega en peligro.
— Hyunjin nos pidió que vinieramos — dijo está vez Minho, con voz tan suave que en cierto punto le hacía bien a Felix — ¿podemos pasar?
— Entren pero no toquen el nido, por favor.
Ambos no esperaron un segundo llamado, temerosos de que el ojimiel cambiara de opinión. Seungmin ayudó a Minho a sentarse en el suelo y luego lo siguió.
— ¿Quieres contarnos? — el rubio estiró una de sus manos hasta que tuvo contacto con el cabello de Felix, quién se dejó acariciar sin mucho problema.
— Yo... yo — tartamudeó entre lágrimas — perdí a mi bebé.
El jadeó de sorpresa fue inmediato. Minho incluso llevó ambas manos a su vientre de casi 8 meses, cubriéndolo de una amenaza imaginaria.
— ¿Cómo dices? — Seungmin tomó la palabra, sintiendo ya como sus lágrimas descendían.
— Fue un aborto espontáneo. Mi útero está lastimado por los supresores y expulsó al bebé. Tenía un mes y algo.
Felix en parte se sintió bien al decirlo, significaba que estaba procesando lo sucedido y el tener el apoyo de sus amigos lo hacía sentir reconfortado.
— ¿Podemos abrazarte? — murmuró Minho con los ojitos llenos de lágrimas.
— Por favor...
Felix salió del nido gateando. No se trataba de que los aromas de sus amigos no le gustaran, sino que no quería otros que no fueran el suyo y el de su alfa dentro.
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i know your secret | hyunlix
RomanceFelix, un agente del FBI especializado en investigaciones y rescate se verá forzado a mantener guardado un monumental secreto. Hyunjin, su nuevo compañero alfa, llegará a cambiar y revolucionar todo a su paso. ¿Será relevante la compañía del carismá...