CAPÍTULO 4 Encuentro indeseado

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Cuando las amigas con los pequeños llegaron a New York, el personal de seguridad de Taylor las escoltó directo a las camionetas, todavía la prensa no sabía nada acerca del asunto legal que estaba teniendo con Joseph Alwyn, pero algunos predecían que se vendría una pelea legal, debido al comportamiento bastante deplorable del rubio.

—Adoro esta ciudad, pero su tráfico me perturba— Selena miraba por la ventana.

El sonido de las bocinas de los coches hizo que Evie se asustara y soltara un enorme llanto, por lo que, contagió a Charles.

—Oh mis bebés, lo siento mucho—

Ellos se encontraban en sus sillas de auto, la pareja de amigas trataba de calmarlos, pero los ruidos ensordecedores de la gran manzana los podían sacar de su paz, Evie lloraba desconsoladamente, además de Charles, quien sollozaba demasiado.

—Dales pecho, Taylor, es la única solución—

—Dios, no quería hacer esto en la camioneta, no es porque no quiera darles, pero sabes que a veces se reflejan las ventanas por más polarizadas que estén, no quiero que nos fotografíen, mucho menos a mis bebés, no quiero que nadie los vea—

—Tienes razón, los calmaremos de otro modo, tranquila, cantemos—

—Esa idea me gusta, pero no recuerdo ninguna canción infantil, no puede ser—

—Taylor, por el amor de Dios, ¿No te sabes ni siquiera la de estrellita? —

—No Sel, no me sé esa, ¿Funcionará la de los nombres de cada estado del país? —

—No es un examen de geografía— rio. —Canta Never grow up, esa canción es preciosa—

—¡Sí!, ¿Me sigues? — ambas comenzaron a cantar.


Tu pequeña mano está envuelta alrededor de mi dedo

Y está tan tranquilo el mundo esta noche

Tus pequeños párpados se agitan porque estás soñando

Así que te arropo, enciendo tu luz nocturna favorita


Para ti todo es divertido

No tienes nada de que arrepentirme

Daría todo lo que tengo, cariño

Si pudieras quedarte así


Oh, cariño, nunca crezcas

Nunca crezcas, solo quédate así de pequeño

Oh, cariño, nunca crezcas, podrías seguir siendo así de simple

No dejaré que nadie te lastime

No dejaré que nadie te rompa el corazón

Y nadie te abandonará

Solo trata de no crecer nunca...


Los dos pequeños se quedaron calmados, ante el dulce canto de su madre y también de su madrina, el tráfico por fin estaba avanzando y se podía oír que enfrente, el conductor y guarda espalda lloraba ante el canto de ambas mujeres.

Eres mi juego finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora