Otra vez, 7:30 am, llegué al colegio, a primera hora tengo Matemática, este profesor, llamado Agustin Ricardo Dorado me odia, desde aquel dia que le conteste de mala forma me hizo la cruz, no quiere ni verme y me hace la vida imposible.
Eran las 7:50 am y el profesor todavía no llego al aula, como de costumbre. Mis compañeros estaban divirtiénedose entre ellos y mis amigas y yo estábamos en la otra punta del aula hablando tranquilamente:
-Chicas, ¿no están cansadas de ser excluidas, de relacionarnos entre nosotras, que nadie nos tome en cuenta, sin redes sociales y sin amigos?- Mi amiga, Rocío, nos preguntó eso, se la notaba angustiada y enojada - Me cansé de no ser incluida en este maldito salón y en todas partes, me canse de no ser nadie, quiero ser como ella- dijo señalando a la rubia hueca del salón, mientras ella hablaba nosotras la escuchábamos y nos mirábamos entre nosotras, nunca la habíamos visto tan angustiada y menos por no ser popular- Stephi, vos me enten...- No pudo acabar la frase porque el portazo que pego el profesor de Matemática nos dejo a todos sentados y callados en nuestros lugares.
Mientras el profesor explicaba nuevo tema mi cabeza sólo repetía y pensaba en las palabras que había dicho Rocío, no podia creer que alguna de mis amigas pensara como yo, y si, yo pensaba exactamente igual que ella.