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Parece que la vida me odia, porque una vez más, te puso en mi camino.

Samantha

Sentada a lado de Cherry escuche como el grito eufórico de la gente hacia ruido, tal parecía que ya había entrado la estrella que tendrían de invitado, pero aquello no me importa, pero el ruido hizo que mis nervios  incrementarán , hoy jugaría por primera vez como equipo oficial y lo único que pedía, era que me fuera bien y no hacer el ridículo.

—¿En que tanto piensas? —pregunto Cherry sacándome de mis pensamientos.

Cherry era una hermosa basquetbolista peli roja y antes de entrar a Pío yo era una de sus más grandes fanáticas.

Ella era una de las personas más dulces y amables que había podido conocer. Además, había sido la primera en hablarme, por lo que en cuestión de tiempo nos habíamos hecho cercanas.

Con el transcurso de días, fui sabiendo más cosas personales de ella, como el hecho de que su madre le había puesto Cherry porque era el fruto favorito de ella y el de su pareja.

Porque si, la madre de Cherry no había dejado que su esposo interferir en los nombres de sus hijos, si ella los había llevado nueve meses en su vientre, además todos llevarían el apellido de él.

—Estoy nerviosa y tengo miedo de arruinar el partido — le confese mientras abrazaba mis piernas.

—Te diría que eres perfecta y que no harás nada mal — dijo mientras me obligaba a verla —. Pero no lo haré, porque no eres perfecta, nadie lo es y antes de que digas que yo si, no es cierto — hablo para después regalarme una sonrisa —. Lo que sí te diré es que, no importa si lo arruinas, trata de recuperarte los más pronto posibles, porque sólo tienes tiempo hasta que el partido termine — sus ojos y los míos se encontraron—. Porque si el partido termina y no compusiste lo que hiciste mal, entonces si lo habrás arruinado.

🦋

Tome una bocanada de aire y me arme de valor, tenía que concentrarme y disfrutar.

Porque si no disfrutaba el partido, todo sería una pérdida de tiempo.

Son riéndome a mi misma me acerque una última vez a Ronaldo.

—Si perdemos , sacame de ahí — dije directamente —. Si ganamos , dame un abrazo porque estoy jodidamente nerviosa.

Ronny se rio y paso uno de sus brazos por mis hombros.

—Estoy seguro que te vas a lucir y ganarán —alardeo.

—No digas eso que la última vez que lo hiciste, fue cuando perdí el combate.

Cuando volteé mi rostro para verlo, su sonrisa ya no estaba.

—Mejor no hablemos de eso que la sangre me vuelve a hervir— dice él a lo cual río, porque apesar de que yo ya lo supere, el jamás lo soltara —. Si ganan o pierden, estaré ahí para ti, como siempre lo he estado.

Sonrio con tristeza.

—Sin importar si nos roban o no, siempre esteremos para el otro —digo como burla.

—Sigo diciendo que compro el combate.

Río y le alejo de Ronny, ya es hora de salir.

—Te veo cerca de la cancha.

Cuando digo eso, no espero una respuesta y salgo a lado de mis compañeras.

Observó mi alrededor y mi corazón empieza a bombear más rápido.

La Adrenalina y felicidad se cuelan en mi ser, hasta que lo veo.

Ese chico que estaba jugando fútbol en la cancha de basquet esta sentado a lado de su amiga, pero su mirada está fija en mi, y se que hay resentimiento en esos ojos.

Pero el sentimiento es mutuo y trato de hacer de todo para no mostrarle el dedo de en medio.

—Dios mio, trajeron al futbolista Felix — dice Cherry en mi oído que hace que olvide al estúpido ese —. Sabias que es el mejor.

—¿De qué me hablas?

—Del chico que está sentado a lado de una chica y el dueño de nuestro equipo está sentado a lado suyo.

Cuando dice eso trato de ubicar a nuestro dueño y es ahí donde caigo en cuenta que es ese imbecil.

Mierda.
































Alo infieles

¿Me extrañaron?

StarGirl [Riverducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora