Rabia

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Imploro que este tormento termine para así ya poder descansar en paz, ardiendo en ira y en rabia por tus dichos, si alguna vez se callaran las voces que resuenan con fuerza en mi cabeza, seré yo la que pudo ponerle fin, tomo el arma apuntando hacía el reflejo de todo aquello maldecido con tu brujería barata. Con la pistola en una mano y una botella en la otra, el dedo en el gatillo, que sensación tan poderosa.

En la botella llena con su liquido carmesí puse nuestros recuerdos combinado con el dulce vino de su contenido, tomando de ella mientras me inclino hacia delante y observo como llora mi reflejo, de fondo se escucha como mi corazón canta esa canción, pero si escuchamos con más atención mi mente pide a gritos que dispare. ¿Por qué tiemblas pequeña? No hay un porque de todo esto, solo pienso en obedecer a lo más racional que mi juicio me permita, la percepción que tengo de las cosas difusas al rededor mío van distorsionando mis sentidos.

Dispara, hazlo antes de que sea tarde, dispara y se irán, como estas tan segura cuando ves que es tu propio yo frente al espejo tratando de decirte ya no puedo. Lo veo, se hace claro, la pistola no apunta hacía el reflejo destruido mío sino que ese ser habitando en el espejo me apunta a mí con una sonrisa mientras que yo estoy empapada en lagrimas, observando me di cuenta que no tenía una botella, tenía nuestra foto y en la otra mano yacía sin nada.

Y disparó... caí... no ví la luz de nuevo... 

¿Quien lo diría? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora