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Psicólogo-

Matías sentía que su vida iba de mal en peor, de un momento a otro sus calificaciones académicas bajaron notoriamente, los problemas en su casa aumentaron, y, a raíz de sus notas, las peleas con sus padres quejándose también se hicieron presentes.

Su novia, ahora ex, le terminó con la excusa que quería concentrarse en sus notas y su trabajo, pero al poco tiempo se enteró que había comenzado a salir con otro pibe de su trabajo, cosa que lo bajoneo pila.

A todo esto, tomó la sabia decisión de acudir a una ayuda profesional para que, por lo menos, le diera una ayuda básica de cómo enfrentar todo lo que le estaba pasando y cómo no estresarse, lo que él no se esperaba era que su Psicólogo lo iba a ayudar de una manera un tanto diferente, una manera peculiar.

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Ahí se encontraba, en frente a la gran puerta de madera, era una de las muchas casonas que podés ver cuando caminas por 18 de Julio, esas que te dan curiosidad saber qué es lo que hay dentro, esas casas que parecen abandonadas de lo antiguas y mal conservadas que se encuentran.

Tocó la puerta una vez, esperando atentamente que alguien le abriera la puerta, pero eso nunca pasó, luego miró bien y encontro un botón negro que arriba tenía un papel pegado que decía "Apartamento 303, Enzo Vogrincic Psicólogo" Apretó, luego de unos segundos pudo escuchar a un hombre decir "Bajo".

La gran puerta de madera se abrió, dejando ver a un hombre medio alto, con una camisa azul oscuro y unos jeans apretados.

- Hola, ¿qué tal? ¿Vos sos Matías Recalt? - Preguntó amablemente con una sonrisa.

- Hola, Sisi, soy yo, vos sos Enzo, ¿no?-

- Si, mucho gusto - Sonrió- pasa, pasa, que hace un frío afuera, parece una heladera jaja-

Tenía razón, era pleno Julio, hacía un frío de morirse.

- Si JAJAJA, está sarpado el frío-

Ambos se adentraron a la casa, como se veía por fuera, a simple vista, podrías imaginarte que era una casa con las paredes desgastadas y con humedad, pero esta era totalmente diferente, tenía las paredes bien pintadas, era un color crema tirando al blanco, muy elegante, le daba un toque diferente a la casa, un aspecto más iluminada.

Matías miró atentamente todas las decoraciones de ese lugar mientras que iban caminando hasta un cuarto al fondo de la casa. Le sorprendió lo grande que era esta, primero pasaron por un pasillo que los llevó desde la puerta de entrada hasta un lugar que se podría decir que era como un living, en él había una alfombra gris que encajaba perfecto con los pisos de madera flotante, al fondo de la sala había una chimenea que se encontraba encendida calentando la casa, al lado había dos sillones individuales marrones.

- Pasá por acá, por favor- Enzo le señaló el interior de una habitación que anteriormente había abierto la puerta.

- Permiso - Dijo Matías

Los dos se sentaron, Matías se acomodó en un sillón negro y acolchonado, lugar que anteriormente le habia señalado Enzo, este se sentó en frente en un sillón que hacia juego.

- Bueno Matías, contame porque estás acá.-

- Okay, Bueno, principalmente vine porque en los últimos días pasaron muchas cosas y creo que me está haciendo mal.- Explico

- ¿Qué tipo de cosas?-

- Principalmente, mi novia me dejó hace unas semanas porque "supuestamente"- Matías imitó las comillas con ambas manos - Quería concentrarse en sus estudios.- Enzo asintió, prestando suma atención a lo que explicaba su paciente.

- Pero, me enteré que está saliendo con un pibe de su trabajo- El menor sonrió sarcásticamente, claramente mostrando una molestia muy evidente.

- ¿O sea que te dejó por otro muchacho?-

Matías asintió con una cara de cansancio.

- No conozco a tu ex, pero debe ser una gurisa por pelotuda para dejar a un lindo como vos por otro-

Primera indirecta/ directa.

Matías se puso muy nervioso por lo que acababa de escuchar y no supo qué responder, sonriendo de una forma estúpida.

Enzo le devolvió la sonrisa, mirándolo de una manera intensa.

Siguieron la sesión de forma normal, hablando de todas las preocupaciones de Matías, y Enzo dándole apoyo y soluciones, y en diferentes canciones, tirando algún que otro coqueteo.

Ahora se encontraban en la puerta, ya había pasado la hora de la terapia y se estaban despidiendo.

- Bueno Matías, espero que puedas ver como tratar a tu madre y padre sobre lo de tus notas, nos vemos en la próxima cita- Enzo miró a Matías y le sonrió guiñando el ojo, poniéndolo super nervioso.

- Sisi, nos vemos la semana que viene, gracias por todo- Enzo se acercó a Matías despidiéndose con un beso en la mejilla y abriéndole la puerta.

- Chau Matías - Este le respondió con un "Chau Enzo" y un movimiento con la mano.

Antes de cerrar la puerta, vió a Matías caminar en dirección al semáforo, éste se dio una última vuelta, levantando la mano otra vez y saludándolo por última.

Cuando cerró la puerta, suspiró y aclaró su garganta, ese chico si que era lindo.

Psicólogo      /Enzo x Matías/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora