Especial Navideño: Una noche para los dos.

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"Gracias señor Barsibatos!"

"No, no, es lord Bartobas..."

"No era dios Barbastos?"

Los niños pequeños iban conversando alegremente mientras corrían con juguetes en sus manos, dando vueltas al rededor de un pequeño árbol ubicado al medio de la plataforma de madera. El árbol estaba decorado con una serie de adornos diversos, hechos a mano, de colores brillantes.

Alhaitham intentó continuar con su camino sin hacer caso a los niños, pero una de las pequeñas corrió al verlo, inmediatamente abrazándole una pierna y mirándolo con una sonrisa. "El señor sabio volvió! Señor sabio, ¿qué va a poner debajo del árbol este año?", le preguntó mientras le enseñaba un... Algo, de peluche, como ofreciéndoselo. El escriba se quedó inmóvil, sin saber exactamente como actuar. Finalmente, le dio unas palmadas mecánicas en la cabeza a la niña.

Hacía ya casi un año que frecuentaba la villa. Tighnari se la pasaba trabajando, por lo que en muchas ocasiones anteriores se había encontrado con los niños jugueteando a su alrededor. Pese a que en un comienzo le tenían miedo por su semblante tan serio, tanto Collei como el mismo Valuka les habían explicado que era una buena persona, y no había pasado mucho tiempo antes de que lo persiguieran para pedirle que jugara con ellos. El tratar con niños nunca le había interesado a Alhaitham, más bien todo lo contrario, pero eran tan insistentes que se le había hecho difícil mantener la distancia.

No eran tan malos después de todo, pensaba.

Por su parte, Tighnari había tenido que usar al máximo su capacidad de mantener una sonrisa cada vez que los niños se acercaban a preguntarle cuándo iba a venir su "novio" a visitarlo otra vez, sin morir de vergüenza ahí mismo. Eran niños, no tenían malas intenciones ni querían avergonzarlo, pero aún así...

En pocos segundos, el escriba se vio rodeado por los demás niños hablando todos al mismo tiempo y ya comenzaba a arrepentirse de haber venido, cuando Tighnari apareció para salvarlo.

"El señor Sabio tiene otros asuntos que atender, ¿por qué no van a ayudar a Collei?, me dijo que hoy iba a hornear unas deliciosas galletas...", el Guardia Forestal no necesitó decir más. Inmediatamente, todo el grupo de niños salió corriendo, dejándolos solos.

Alhaitham suspiró. Gracias a Tighnari, había descubierto que no era realmente malo para tratar con infantes, pero demandaba un increíble esfuerzo de su parte... Esfuerzo que estaba dispuesto a evitar a toda costa, a menos que fuera total y absolutamente necesario.

"Te lo agradezco", murmuró. El joven Valuka sonrió como respuesta, acercándose a él para tomar su mano y apretarla entre las suyas, con cariño. Estaban en público, y aunque a estas alturas ninguno de los dos se avergonzaba de sus sentimientos ni de su relación, ambos eran bastante reservados. "Llegas temprano... Otra vez", Tighnari lo soltó y empezó a caminar, intentando estar lo más cerca posible del mayor, guiándolos hacia su habitación. "¿Señor... Bartobas?", Alhaitham preguntó con curiosidad. "Oh, eso... No tiene importancia", el Valuka le hizo una señal con la mano, poniendo su dedo índice sobre los labios, pidiéndole que guardara silencio.

Continuaron caminando sin decir nada más, ocasionalmente rozando sus brazos. Alhaitham conocía el camino a la perfección. Ya había perdido la cuenta de las veces que había estado en la habitación de Tighnari. Desde que habían oficializado su relación, muchas cosas habían cambiado en sus vidas, y también en la Villa Gandharva.

Durante una cena cualquiera, Collei le había mencionado que tenía algo que decirle. "Maestro, yo... No sé cómo... No sabría qué palabras...", la chica intentaba hablar, pero estaba tan sonrojada que no podía articular correctamente las frases. El Valuka intentaba preguntarle, pero la pobre sólo se cubría el rostro con las manos. "Collei los escucha en las noches", Cyno los había interrumpido hablando de un tirón, convencido de que lo mejor era sencillamente ser directos con el tema, "tienes que cambiarte de habitación cuanto antes", agregó.

Besado por el trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora