Nankurunaisa (Katsuki Bakugo)

Prólogo

El mundo estaba bajo el control de lo sobrenatural, criaturas habían surgido de la oscuridad y todo había cambiado. La tierra se dividió en distintos reinos, donde cada año las criaturas se reunían en el centro de la tierra, donde se encontraba el palacio del bien y el mal

Los líderes de los cuatro reinos más importantes se encontraban conversando sobre unas posibles alianzas entre ellos, con el matrimonio de sus hijos, los siguientes en la línea de sucesión

El rey de los licántropos buscaba un pretendiente para su pequeña hija, la princesa Wendy, quien corría siguiendo a su prima, la princesa Natalie

Más el rey de los humanos, insistía en que no era suficiente, y quería a la heredera de los demonios como su nuera, para unir su reino a uno de los más poderosos (lo hacía por poder)

Cuando la reina de los demonios llamó a su hija para que fuera hacia donde ellos, la pequeña analizó detenidamente su ambiente

—dime querida Natalie—cogio a la pequeña niña por los hombros y la posicionó para que pudiera ver mejos a las personas frente a ella—a quien escoges como tu esposo?

La pequeña niña observó a su alrededor, frente a ella encontró a un niño que tenía la mitad de su cabello albino y la otra mitad rojo, y heteronomía en sus ojos. Lo miro detenidamente, el pequeño temblaba sin parar ya que su padre ejercía fuerza en su hombro, por lo que ella terminó deduciendo que era manipulado por su padre y a pesar de que era pequeña, eso no era lo que ella quería en un esposo, no era lo que veía cuando miraba a su padre

Luego posó sus ojos en un niño que la miraba con el ceño fruncido, tenía cabello rubio cenizo puntiagudo y ojos carmesí, y por su vestimenta era el príncipe de los dragones. Sonrio victoriosa y levantó su mano decidida, había encontrado al candidato perfecto, era serio y mantenía una postura firme, era como ella veía a su padre

Todo cambió para él cuando aquella pequeña niña lo señaló descaradamente con un dedo. Se asustó ya que era muy pequeño para comprender lo que ocurría. Nunca pensó que su vida cambiaría tan drásticamente cuando su madre le dijo, que esa pequeña niña, se convertiría en su esposa cuando cumplieran la mayoría de edad.