Caitlin consigue el trabajo de su vida, trabajando como científica de datos para un equipo de Fórmula Uno -El escape perfecto para una chica que viene de una mala roptura-. Pero en su nuevo entorno, Caitlin pronto comienza a preguntarse si este es r...
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Seb pateó el suelo con su pie derecho.
"Te perdiste la reunión del equipo mecánico", dijo con voz apagada.
"Sí." Había evitado ir a la reunión del equipo a propósito: la idea de pararse frente al equipo de mecánicos e ingenieros que habían pasado todo el fin de semana asegurándose de que el coche estuviera listo para la carrera, simplemente para decirles que Seb se había estrellado porque ella había calculado mal el número de vueltas en los neumáticos, no le había apelado.
Caitlin miró fijamente la pantalla de televisión frente a ella, que todavía mostraba la cara parpadeante de Seb pausada en medio de una entrevista, manteniendo su mirada fija con determinación en sus ojos en la televisión, apenas se atrevía a girar y mirarlo en sus ojos reales.
Buscó a tientas en su mente una respuesta adecuada.
"Te perdiste la reunión de estrategia", soltó.
Caitlin no había tenido más opción que asistir a esa: habría sido más de lo que valía su trabajo intentar escapar de su propia reunión.
"Sí." Cuando se volvió para mirarlo, Seb notó que Caitlin lucía tan sombría como se sentía.
Se miraron el uno al otro durante unos segundos, ambos abriendo la boca como si fueran a decir algo, antes de cerrarla de nuevo con un trago y girarse para mirar por la ventana.
"¿Quieres dar una vuelta en coche?" ofreció Seb eventualmente.
"Sí", dijo Caitlin un poco más entusiasmada, agarrando cualquier oportunidad para cambiar de tema y alejarse de la pista.
Con un ligero gesto de cabeza hacia un lado, Seb señaló hacia la puerta y se apartó sosteniéndola abierta para que Caitlin pasara primero, antes de seguirla.
En el momento en que salieron por las puertas rojas de Ferrari hacia el sol, estaban rodeados por dos equipos de televisión, un fotógrafo, un periodista online, un grupo de fanáticos y, de la nada... Britta. Caitlin se colocó a la derecha de Seb, Britta a la izquierda sosteniendo su grabadora de voz mientras registraba las entrevistas mientras caminaban.
La actitud entera de Seb había cambiado. No estaba para nada alegre y animado, pero no era el personaje sombrío con el que había estado hablando apenas momentos antes: estaba diciendo con confianza cosas positivas sobre el equipo, defendiendo la estrategia de la carrera, criticando a Pirelli y dando expectativas motivacionales sobre sus posibilidades en futuras carreras. Mientras tanto, firmaba autógrafos mientras caminaba y se tomaba selfies con los fanáticos.
Al llegar al final del callejón, Britta concluyó el último conjunto de preguntas y condujo a Seb y Caitlin a través de las barreras hasta el estacionamiento privado.
"Danke."
"¿Nos vemos en el hotel más tarde?"
Seb asintió en respuesta, colocando una mano en la parte baja de la espalda de Caitlin y haciendo un gesto hacia una gran 4x4 negra con la otra, la mueca ahora firmemente marcada en su rostro.
