Entrar a la sala de profesores ese mediodía y ver que todas las miradas se posaban en él le recordó a Jimin escenas similares de la escuela en Seúl. Otra vez el rechazo de sus colegas. Sin embargo, él ya no era el mismo chico que agachaba la cabeza, lo dejaba pasar, daba media vuelta y se iba.
Entró con confianza y se dirigió directamente hacia donde estaban Taehyung y Jihyo.
— Jimin, ¿Cómo estás? — lo saludó San al pasar por su lado.
— Bien. Mejor que nunca de hecho — respondió el rubio.
— Oye, lamento que…
— No, no digas nada — lo interrumpió. — Ustedes no tienen que decir nada. Yo soy él que va a hablar ahora.
Miró a todos los que estaban allí, tenía su atención, pero se enfocó sobre todo en Taehyung y Jihyo.
— Lo siento — les dijo entonces. — Lamento haber mentido sobre las razones por las que vine a trabajar aquí.
— Ya no queremos oír tus disculpas, Jimin. Solo queremos almorzar en paz — respondió Taehyung.
— Oigan, dejenlo hablar — lo defendió San.
— ¿Fui un cobarde? Sí, lo fui — continuó Jimin. — Pero pasé por mucha mierda y cuando por fin encontré un lugar en el que nadie sabe de mí, quise empezar de cero, hacer de cuenta que nada de lo de Seúl pasó. Jamás quise creerme mejor que ustedes fingiendo ser el profesor perfecto porque claramente no lo soy.
— Jimin, a nadie aquí le importa lo que te pasó allá — esta vez fue Jihyo quien habló. — Sabemos que no eres un pervertido. Nadie cree eso. Pero sí creímos que eras uno de nosotros y nos mentiste.
— Sí, entre los profesores nos apoyamos, confiamos entre nosotros — añadió Tae. — Siempre fuimos nosotros contra los mocosos. Además…creí que nos estábamos haciendo amigos — dijo luego viéndose un poco triste. — Pero preferiste abrirte con el odioso de Jungkook de quien te la pasabas hablando pestes, que con nosotros dos que siempre estuvimos de tu lado.
— Lo sé, y por eso les pido perdón — se lamentó Jimin. — Sí quiero ser uno de ustedes. Con mis problemas o no, aún así quiero serlo. Quiero trabajar aquí, con ustedes. No porque no me queda de otra, si no porque es mi elección.
— ¿Y cómo hacemos para creerte ahora? — preguntó Jihyo. — Tú lo dijiste, no te queda opción más que seguir aquí. Y por eso querías cuidar tanto tu imagen.
— Ya no es así. Lo prometo. Además ya todos saben mi secreto.
— Sí, porque te expusieron.
— No, yo…— Jimin no sabía cómo explicarles que hablaba en serio. Hasta que entonces tuvo una idea. Ellos querían una prueba, pues se la daría. — ¿Quieren ver que de verdad me importa esta escuela? Pues, entonces eso les daré ahora mismo — anunció.
Dejó todas sus cosas y salió rápidamente de la sala de profesores.
— ¿Uh? ¿Qué va a hacer? — se cuestionó Taehyung. Se miraron entre todos y decidieron ir tras el profesor de Biología como buenos chismosos. Nadie quería perderse lo que sea que fuera a pasar.
Jimin llegó hasta la cafetería. Sabía que ese era el lugar correcto, donde estaban la mayoría de los estudiantes a esa hora.
Apenas entró, de nuevo, las miradas y los susurros que lo juzgaban.
— ¡Sí, aquí llegó el supuesto pervertido! — exclamó poniéndose en el centro. — ¿Alguien tiene algo para decir? Aprovechen, aquí me tienen.
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La teoría del amor - Kookmin
Fiksi PenggemarPark Jimin es un joven profesor de secundaria que después de enseñar en las más prestigiosas y costosas escuelas en Seúl, se ve obligado a mudarse a Busan y a trabajar en una humilde secundaria en las afueras de la ciudad. Allí no solo los estudiant...