Emociones en Baño María [Fanfiction EXO- ChanSoo/KaiSoo]

1. Huevo hervido con yema suave

Huevo hervido con yema suave

Ingredientes:

-De 4 a 8 huevos que estén fríos (como mi matrimonio).

-De 4 a 6 tazas de agua (las mismas que me tomo cada vez que discuto con mi marido).

-Sal y pimienta opcional (sobra decir que en mi matrimonio ya no hay sal ni pimienta, aquí pocas cosas tienen sabor).

Preparación

Coloca el agua en el fuego (no voy a especificar cosas obvias, como que el agua va en una olla porque asumo que me lee gente inteligente). Cuando hierva el fuego, coloca una canasta de vapor y los huevos que se cocinarán durante seis minutos. Mientras tanto prepara un tazón con agua y hielo donde luego pondrás los huevos y los dejarás reposar un minuto. Luego rompe las cáscaras.

     Cuando rompí la cáscara de los huevos descubrí que la yema estaba completamente cocida, así que los tiré de lado de forma ruidosa.

     —¡COCINERO MINSEOK!

     —¡SÍ, CHEF! —No hice nada más que señalar los huevos— ¡Los pondré de nuevo, Chef! ¡Lo siento, Chef!

     Minseok era mi cocinero desde hacía año y medio, empezaba a ser bastante bueno, pero a veces cometía errores como esos. De apariencia rolliza y tamaño similar al mío; recuerdo que cuando lo contraté noté su sobrepeso, y actualmente peso casi el doble que él. Parece como si me hiciera con los sobros del restaurante a diario. A menudo nos preguntaban si éramos primos, supongo que con el paso del tiempo Minseok y yo incluso empezamos a movernos de la misma forma en la cocina.

     Justo la noche anterior agregué la receta de los huevos hervidos con yema suave al libro que estaba escribiendo en tanto mi esposo roncaba. Hoy no contaba con ánimos para regañar al personal por un error de esos.

     Es probable que alguna gente te diga que cocinar un huevo duro con la yema suave es fácil, pero escúchenme bien: mienten. Los ignorantes dirán que solo basta meterlos en agua hirviendo. Y también dirán que tener un matrimonio duradero es fácil, que no es más que vivir y compartir gastos y cama con alguien más. Ni una cosa ni la otra.

     En realidad, lograr dar con el punto exacto de cocción puede ser complicado. Igual que en un matrimonio saludable: hay que tener equilibro para dar el calor suficiente el tiempo necesario y poder retirarse del fuego en el momento prudente. Hay que tener firmeza para romper la cáscara y delicadeza para quitarla. Los seis minutos que dura en cocerse un huevo en agua hirviendo pueden convertirse en seis minutos y medio si el resultado que buscas es diferente. 

     Mi esposo y yo teníamos treinta y dos años, y estábamos cumpliendo nuestro séptimo aniversario de bodas después de tres años de noviazgo. Una década de romance se dice en un segundo, pero abarca mucho. Yo, por ejemplo, subí 15 kilos, y esa mañana, al ducharme, descubrí que tenía una cana púbica. Aquello me dejó helado un buen rato. El paso del tiempo es implacable. Notaba que tenía menos pelo en mi cabeza y mucho menos sentido del humor. Cuando era joven y estudiaba gastronomía, la gente solía decirme cuan adorable lucía y era, en verdad, muy risueño. Mi esposo presumía haberse enamorado de mí por mi sonrisa en forma de corazón. Luego empecé a trabajar como chef en restaurantes prestigio, gané un buen número de concursos, me convertí en sous chef y hace tres años, soy el chef ejecutivo del restaurante Sour Marmalade (S.M.), el más prestigioso del país. Teniendo jornadas laborales de diez a doce horas por día, no me extrañaba que mi piel fuera más pálida de lo usual o que mi frente se viera más arrugada que la de cualquier persona de mi edad. La cocina es un arte maravilloso, no lo cambiaría por nada. Pero no voy a negar que es un trabajo retador, por decir lo mínimo. Mis manos tenían más cicatrices que la de un domador de cactus.