CAPITULO 7 NOSTALGIA

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Amelia Hamilton

Después de las dos semanas ya en este hospital por fin hoy salía.

Y a pesar de que no estaría en la comodidad de mi casa, me hará bien estar con mi padre para así, tratar de recuperar el tiempo.

Hoy es 1 de diciembre, siento que empezare bien el mes y aprovechare estas mini vacaciones de la universidad, también hace muchos años no decoro un espacio que tenga de referente a la navidad,
usualmente estas fechas las pasaba con Jacob de vacaciones o con mis amigos, ya que por la ausencia de mi padre y el echo de que mi madre no este, no me daba ánimos festejar estas fechas de sembrina.

Pero ahora es diferente, el echo de casi a ver muerto me hace querer darme otra oportunidad en absolutamente todo.

Excepto el Amor... sin duda será difícil superar una relación de 8 años, y mas en la forma en la que me traiciono, me pregunto si algún día volveré a confiar en una pareja.

En estas circunstancias, lo veo casi imposible.

— Amelia estas lista ya? - Me pregunta mi tía, venia entrando a la habitación ya que estaba firmando los últimos papeles para que me den de Alta.

— Si tía, ¿me podría ayudar a subir? Todavía me cuesta un poco mover la pierna.
— Señalo la silla de ruedas.

— Claro linda. Winslow!
— Dice en voz alta y yo la miro con horror.

Entra Amadeus a paso firme y voltea a verme, después mi tía sonríe.

— Cariño podrías cargar a mi sobrina, y llevarla hasta la silla de ruedas por favor.

— Si señorita Marie.

Él se me acerca y me toma por las piernas, de un jalón me levanta y camina hacia la silla que se encuentra cerca del balcón, para cuando me deposita en la silla nuestras miradas chocan, y me sonrojo por la pena que me da.

— Hay cariño me alagas ya quisiera ser una señorita!
— Dice mi tía riendo, y Winslow le sonríe.

— Créame, los años no se le notan. — Mi tía rebosaba de felicidad, y yo solo me quería ocultar de la pena. — Me permite llevar hasta el estacionamiento a Amelia, por favor.

— Si, por su puesto no planeo intervenir en tu trabajo, mientras pasare al tocador.

Salimos de la habitación, para dirigirnos al elevador, cuando entramos él se acerca a picar el numero correspondido y regresa a mi lado.

— Y usted, ¿se quedará con nosotros en la mansión?
— Hablo después de unos dos minutos de silencio.

— Si, debo estar siempre en cualquier lugar en realidad, con usted claro esta. — Dice cerca de mi nuca.

— Gracias... me pone más tranquila, el saber que tengo a alguien que vela por mi día y noche.

— No tiene que agradecer, enserio señorita es mi trabajo lo hago por su padre.

Winslow me ayuda a subir al carro, el se subió a la parte del conductor y otro señor que me imagino era de seguridad, también se subió de copiloto y unos minutos después mi tía llego y sentó conmigo en la parte atrás.

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