Ser tus Ojos || ROMANOGERS || Lady Evans x Asterie

26. Lado Izquierdo

Disclaimer: Los Vengadores no nos pertenecen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan son nuestros. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Natasha respiró profundamente, enviando el pensamiento de su embarazo al lugar más lejando de su mente. Sabía que las únicas dos personas que conocían acerca del tema, guardarían su secreto y también, necesitaba concentrarse en lo que estaba ocurriendo frente a ella. 

—¿Estás totalmente segura que era tu hermano, Wanda? 

Ni el Capitán América, ni la Bruja Escarlata habían perdido el tiempo para contarles lo que habían visto. Wanda aún temblaba en los brazos protectores del soldado del invierno, quien le acariciaba el cabello, intentando tranquilizarla. 

—¡Sé perfectamente quien era la persona que estaba frente a mi, Stark!—rugió desesperada—Además de reconocerlo, tenía prubeas que nadie podría refutar. 

—¿Qué clase de pruebas?—quiso saber Natasha, aún dudando—Hasta ahora, hemos sido testigos de como ISIS ha intentnando destruirnos  atodos en dónde más nos duele, ¿por qué tendría que ser diferente ahora? 

—Tiene sentido que sea Pietro—la interrumpió Steve, quien no soltaba su mano—El tiempo que estuvo aquí, lo pasó con Ultron, quien tenía toda la información posible acerca de nosotros. 

—¿Y si Ultron la vendió?—soltó Clint—Recuerden que estuvo trabajando con H.Y.D.R.A. y con muchas organizaciones que no conocemos, puede que sea una proyección de Pietro, ¿no lo has pensado? 

—¡ES MI HERMANO! ¿CÓMO PUEDEN CREER QUE NO RECONOCIERA A MI HERMANO? 

—¡WANDA! ¡ESPERA...!

Antes de que Bucky pudiese decir algo para detener a su amada, ella ya había corrido fuera de la habitación. Los Vengadores llevaban buena parte de la madrugada discutiendo, pero no habían llegado a ninguna clase de acuerdo acerca de como proceder. 

—Genial, con la Brujita en ese estado no nos servirá de nada—se quejó Yelena. 

—¡SILENCIO!—regañó Melina—Tiene que haber una forma de comprobar si lo que dice Wanda es cierto. 

Melina no podría perdonarse jamás si el chico estaba con vida y ella no había hecho nada por salvarlo. Natasha, por su parte, luchaba contra las naúseas y el dolor de cabeza, recordando con más fuerza la imposibilidad que tenía de ver como los demás. 

—Steve, ¿tu lo viste? ¿puedes asegurar que sea él? —preguntó Clint. 

El soldado estaba demasiado conmocionado para pensar correctamente, además de que su mente estaba fija en la pelirroja a su lado. Para bien o para mal, conocía muy bien a Natasha y sabía que algo le estaba pasando. 

—Como les dije anteriormente, no lo puedo negar...pero ISIS hizo muchas cosas para desestabilizarlos en los últimos meses, también puede tratarse de una nueva trampa de su parte. 

—¿Por qué fueron a ese lugar, Steve?—cuestionó Natasha. 

—Teníamos que hacer algo—respondió el soldado—No podíamos quedarnos a la espera, mucho menos con tantas amenazas. 

—¡NO TENÍAN PORQUE IR SOLOS!—dijo Clint, indignado.

—¡APENAS SE ESTÁN RECUPERANDO!—continuó Bruce, poniéndose verde.

Natasha sentía que el mundo había comenzado a girar demasiado rápido; cerró los ojos, intentando que las luces dejaran de brillar, pero no era posible. Consiguió levantarse con algo de gracia, creyendo que había pasado desapercibida por sus compañeros.