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Luffy miraba el periódico atentamente, preguntándose si debería hacer algo para ayudar a esas personas.
Estaba tan perdido en sus pensamientos asta que el caracol empezó a sonar. Agarro el caracol para contestar.
-Monkey D. Luffy, ¿que se le ofrece?- contestó sin un poco de ánimo.
-Mocoso soy yo tu abuelo, apuesto que ya te as enterado de todo lo que esta pasando en los periódicos-
- Abuelo... Si ya me enteré de todo lo que esta pasando.-
Los ojos de luffy se oscurecieron, el no tenía nada que ver con todo eso, los odiaba tanto pero no podía, eso era de personas que no podían perdonar. Sin embargo el era una "mala persona", pero los avía perdonado de lo que hicieron aquella vez.
Se preguntaba una y otra ves porque no podía odiar a ellos como odia a los tenryuubitos.
-luffy, quiero verte en persona... Es para algo importante, si no quieres lo entie-
Garp no alcanzo a contestar por lo interrupción de su nieto biológico.
- No te preocupes, iré...-
-Bien, dime tu dirección para ir a hablar contigo-
Luffy le dio la dirección a su abuelo para rencontrarse después. Cuando terminaron la llamada miro directamente al mar.
Se miraba tan libre y lleno de vida el mar, lo envidiaba tanto.
No, el no tenia porque estar triste tenía a sus nakamas, tenía a su felicidad con el.
Miro a las personas que pasaban por el puente que unían las partes de la isla, notando a cuatro niños jugando y riendo como si no uviera un mañana. Sonrió inconscientemente y luego recordó como lo trataron a él cuando era tan solo un niño. Un amorgo sentimiento de soledad se apoderó de él.
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Dadan miraba por el rabillo del ojo a luffy sentado en una esquina de la cabaña, se preguntaba una y otra ves que le sucedía, hasta que recordó algo.
