❝Todos los problemas de Lee HeeJin, o como ella se hace llamar; Jeon HeeJin, están comenzando a salir a la luz y por suerte o por desgracia no cuenta con el apoyo de su familia y sus hermanos, los cuales creen que la causa de su actitud de "chica pr...
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—"HeeJin, de verdad necesito hablar contigo en persona" —la voz de EunChae al otro lado del teléfono sonaba angustiada, lo cual hizo que mi corazón se acelerara un poco.
—"EunChae, ni siquiera han pasado cuatro horas desde que salimos de clase" —respondí, sosteniendo el móvil entre el hombro y la oreja mientras trataba de concentrarme en mis deberes.
—"Lo sé, pero... es importante."
—"Vale, déjame terminar los deberes. Buscaré una excusa para salir de casa."
—"¡Oh, por Dios! ¡Te adoro, HeeJin! En serio que..."
Interrumpí su entusiasmo al ver a Ricky entrar sigilosamente en mi habitación. Mi sorpresa fue tan grande que me quedé con la boca abierta, y él sólo me sonrió mientras agitaba la mano.
—"EunChae, nos vemos en un rato" —me despedí, intentando disimular mi emoción mientras miraba a Ricky con los ojos muy abiertos.
—"Eres la mejor amiga del mundo" —se despidió mi amiga.
"Lo sé, soy increíble." —Le dije antes de soltar una risa. —"Nos vemos luego." —dije justo antes de que colgara.
Ricky se acercó y se dejó caer en mi cama.
—¿Qué haces aquí? —le pregunté en voz baja, apartando los libros para que pudiera acomodarse.
—Tengo que hacer un trabajo con ChanHee, pero al enterarme de que estabas en casa no pude evitar pasarme. —me miró con esos ojos de gato que tenían un brillo especial cada vez que me miraba de cerca. Rodeó mi rostro con sus manos, dejando un suave beso en mi frente. —Te extrañaba.
Sentí una pequeña sonrisa formarse en mis labios, y me acerqué para darle un beso en la comisura de los suyos.
—Yo también quería verte —murmuré, sintiendo cómo mi voz temblaba un poco. La energía entre nosotros era casi eléctrica, y se sentía tan natural tenerlo cerca.
Ricky pasó una mano por mi rostro, apartando un mechón de cabello y luego acercándose de nuevo para besarme, esta vez con una delicadeza que me hizo perder el sentido del tiempo.
—Me tienes hechizado —susurró, sin apartar sus ojos de los míos.
Estaba a punto de responderle, cuando de repente la puerta de mi habitación se abrió de golpe, rompiendo la magia del momento.
—La gente civilizada acostumbra a llamar a la puerta antes de entrar a una habitación ajena, ¿Sabes? —espeté en un susurro envenenado al ver a ChanHee parado en la puerta, con una mueca de desagrado en su cara.
—Estaba buscando a Ricky, porque estaba tardando mucho. —murmuró ChanHee, cruzando los brazos y lanzando miradas sospechosas de Ricky a mí. —¿Qué haces aquí?
